Lugarcito muy acogedor, sin embargo le resto estrellas por el ruido excesivo que hace la licuadora cada vez que piden una bebida que así lo requiera. Todo el glamour y ambiente três chic francés, y música ambiental agradable se ve empañado por ese detalle, creo que deben o conseguir una con un sonido menos invasivo (no se podía mantener una conversación) o ubicarla en otra parte. Sólo fuimos de pasada por algo ligero, sopa de cebolla, postre, amapola y mimosas. La sopa de cebolla estaba muy rica, con buna proporción de queso y crouton. La mimosa estaba pasable, hubiera esperado sentir un jugo de naranja natural, creo que era de cartón, pero no estaba mal. La amapola un poco dulce para el paladar de mi hija, igual que la mimosa, pasable. El postre , cake de café y caramelo fue el highlight. Se mezclaban los sabores a la perfección, y la masa esponjosa, y se sentía muy fresco. No fue una mala experiencia, pero tampoco memorable. Volvería? No lo descarto, he leído excelentes reviews y hay cosas en el menú que se ven interesantes y quien quita y muy pronto cambien la licuadora :)
