Fui con unas amigas a las 8:15 pm. El baño estaba cerrado, la excusa fue que lo estaban limpiando. Compramos 4 cafés y esperamos buen rato para volver a pedir el baño, seguían limpiandolo. Cuando la persona terminó de limpiar el baño volví a pedir el baño prestado y me dijeron que ya estaba cerrado y no lo prestaban por el resto de la noche. Si hubiera sabido la pésima atención al cliente al no prestar el baño después de haberles consumido no hubiera comprado nada allí. No vuelvo más y si es por mí no piso un starbucks en Panamá.

Eran las 9 pm y fuimos a tomar algo. Cuando pedí el baño me dijeron que lo estaban limpiando. Esperé un tiempo y volví a preguntar por el baño, seguían limpiandolo, pasado otro tiempo cuando ya lo habían terminado de limpiar volví a preguntar por el baño y me dijeron que estaba mojado que no estaba en funcionamiento o sea que nunca lo pude usar. No lo quisieron prestar para que no lo ensuciara Por qué no me dijeron desde un principio que el baño no estaba disponible y asi decidiamos ir a otro lugar a consumir y que si prestaran el baño? Falta de todo con los consumidores. Nunca tuvieron la intención de prestar el baño a pesar de que le compramos 4 cafés. Si hubiera sabido que el baño no lo iban a prestar desde un principio no hubiera consumido allí.

Solo fuimos por postre y siempre están riquísimos. Pedimos una copa de helado de ron ponche que si sabe a ron! Pedimos los mini waffles de coffee caramel y de arequipe que no son muy grandes y para no pecar con tanto dulce.

No me canso de pedir lo mismo siempre que vamos. De entrada la ensalada nación, fresca, ligera y deliciosa, unas brochetas de queso que cada vez son mas pequeñas. Pedimos camarones apanados, pollo domburi y unos baos. Todo muy rico !

Fuimos por un café y un desayuno light. No hay muchas opciones para un desayuno ligero. Pedimos un parfait de frutas y un bagel de salmón ahumado acompañado con capuccino. Todo estaba rico!

La comida es rica pero las porciones son pequeñas. De entrada pedimos unas carimañolas de proscuitto y una especie de dedos de mozzarella, son bien pequeñas. De plato fuerte unos penne en salsa alfredo, unos raviolis y filete a la pimienta con puré. Todo muy rico pero muy poquito.

Fuimos por postre. Probamos el pie de limón que estaba delicioso y unos croissant de almendras y chocolate que estaban a otro nivel. Lo deficiente fue el servicio, al principio nos atendió un muchacho con mala actitud, cara de pocos amigos y tiraba las cosas en la mesa, después nos atendió otro chico muy amable que quitó el mal sabor del primero. Los postres si están muy ricos.

Pedimos corvina apanada con papitas fritas, bien doradita la corvina trae su salsa tártara. El filete vino con generosa salsa y el puré muy rico. Buena comida a precio razonable.

Fuimos en la mañana, pedimos una empanada de pollo, un croissant con jamón y queso y un burrito de huevo y chorizo y de tomar café latte. La comida rica y calentita, tuvimos un percance con la empanada pero pidieron mil disculpas y hasta nos dieron un descuento en la cuenta. El servicio es amable y atento.

La comida llegó rápido a la mesa. Pedimos de entrada shrimp scampi clasico y chalpizza frita junto a la sopa de minestrone y zuppa toscana, de plato fuerte chicken margherita y sirloin en salsa alfredo, todo con queso encima y con buen sabor. Del menú infantil pedimos caracolitos en salsa alfredo con camarones y papitas fritas, la porción es generosa.