Eran las 9pm, veniamos caminando con mi esposa pensando que cenar y nos encontramos con este restaurante. No se ve muy acogedor, es como una mezcla entre un minimercado y una cafetería.. al principio entramos pensando en comprar pan y terminamos pidiendo una pizza 4 estaciones, 1/4kg de queso llanero y unos croissants para el desayuno. La pedimos para llevar. La pizza rica aunque le faltaba que eleve el sabor de los ingredientes.. un poco de sal o picante podría ser. Es de masa fina bien crocante lo cual nos agradó.También está bien de precio. El queso llanero perfecto para freír y los croissants también ricos. El servicio muy bueno. Todos muy serviciales y acogedores.

Al principio me pareció un lugar bien acogedor, te recibe el dueño y pasa por tu mesa recomendando las entradas. La burrata y los hongos rellenos excelentes. Pedimos que el dueño regrese a recomendarnos los platos fuertes (razón por la que nos habían recomendado este restaurante) y tomó mucho tiempo en pasar a nuestra mesa. La comida en general es buena y el ambiente agradable. La atención no es mala pero si un poco lenta.

Fuimos por un desayuno de trabajo. Es un buen lugar para ir en familia, con amigos o por trabajo. La comida normal, rica pero nada extraordinario. La mayoría del grupo pidió huevos benedictinos y yo un croisantt de la casa. La atención muy buena, siempre dispuestos a ayudar. El ambiente tranquilo y relajado.

El pescado es muy fresco. Esto se ve en el muy buen sashimi y sushi. Fuimos por un almuerzo de trabajo y toda la comida estuvo excelente. Probamos de entrada el edamame, unos langostinos apanados y unas croquetas rellenas de camarón. Todo muy bien preparado. La atención un poco lenta y se demoró bastante tiempo en llegar una parte de la comida. En general es un buen restaurante con un ambiente tranquilo.

Recomendado! Es un restaurante tranquilo con muy buena atención y buena comida. El carpaccio de pulpo, las croquetas y el hongo portobello a la parrilla estaban muy buenos. La sangría muy rica. El ambiente es cómo para ir en familia o en pareja.

Buena comida, el tamaño de los platos está bien. La atención ha mejorado bastante aunque al principio tardaron en atendernos. La música buena, y el ambiente es el de siempre, cálido, típico restaurante bar americano.

Es un restaurante familiar, tranquilo, con buena comida y muy buena atención. Uno de los meseros, Eduardo, se acuerda de lo que uno pidió antes, hace buenas sugerencias y es muy cordial. El resto del equipo también. Toman en cuenta las sugerencias del cliente. Las pizzas son muy ricas y los cócteles también. La margarita de maracuyá es la preferida de mi esposa. Recomendada la pizza Caprichosa.

Pedimos una parrillada real y estaba rica. Buen precio y abundante. Comimos 2 personas y nos sobró, hubiera podido comer una tercera persona. La atención buena aunque un poco demorada. El lugar es rústico, creo que se podría arreglar un poco más. Las sillas son un poco incómodas porque son muy grandes para las mesas y toca deslizarse hacia adelante para poder comer. Pasamos una noche agradable, si volvería.

Un lugar divertido para comer alitas y ver deportes mientras se toma una cerveza. Las chicas que atienden son amables. Una buena variedad de salsas para acompañar las alitas.

La comida es rica y accequible. El ambiente interior es divertido y buena vista en la terraza. La atención es amable. Muy buena relación calidad-precio. Perfecto para un día de antojo de sushi o una cena relajada con amigos. Los cócteles con sake son bien ricos.