El local respeta la esencia de la franquicia peruana. Se presta para probar la amplia variedad de platos que la gastronomía peruana tiene para ofrecer. Platos como el chupe de langostinos, el lomo saltado, el tacu tacu y las causas nunca decepcionan. Lo único que recomendaría es que se aseguren que el pescado este fresco al momento de pedir ceviche (que si bien es muy rica, me ha tocado veces que el pescado tenia su tiempo).

El restaurante esta muy bien diseñado con ambiente acogedor. Sigue la premisa moderna de local en plaza, sin embargo mantiene un aire de elegancia. La comida como tal esta bien preparada, con buenos balances entre los ingredientes usados para un sabor rico y atractivo. Lo único que aportaría como recomendación sería en cuanto a la presentación: Si bien esta buena, pudiera mejorar. Iría de nuevo para probar distintos platos.

No hay mucho que decir. El servicio y el ambiente fueron espectaculares. La comida y el vino excepcionales, si buscan un lugar para una cita o simplemente para probar un menu gastronómicamente original (ver fotos), este lugar dará la talla. Lo que si recomiendo es ir justo después de haber cobrado la quincena porque es caro.

Desde que entramos al restaurante estaba la dueña saludando y se aseguró que estuviéramos cómodos en la mesa, La comida es muy rica y original, pedí el menú ejecutivo del día que traía alitas de pollo en su salsa original (un toque mas de lo esperado con la masa, y con lo dulce), sopa, vegetales, arroz blanco, un huevo frito y hasta sandia para limpiar el paladar. Buen lugar para los que quieren meterle mas sazón a la comida cotidiana

Desde que uno entra al restaurante, el servicio y el ambiente son muy acogedores. Su amplia gama de televisores hace que sea un centro más para la marea roja. Pedí el menú ejecutivo que trajo las alitas boneless que estuvieron ricas, y de buen tamaño (como entrada) pedí las alitas caribbean jerk (picantes y dulces) que estaban deliciosas, sin embargo un toque secas y chicas para mi gusto. Para bajarlo, un amber ale que casi valio la pena por los 5$ que costo. Definitivamente iría de nuevo, y espero que la calidad del servicio permanezca así.

La comida estaba de baja calidad. El taco al pastor tenía mas piña (que de hecho es piña enlatada) que puerco. Pobre autenticidad mexicana, y la mesera estresada por tener tres mesas ocupadas. El burrito fue mas bien un taco grande y la cerveza michelada diluida. Para terminar se demoraron mucho en traer los platos.

La comida fue gloriosa, con sus salsas criollas de amplio espectro (aji amarillo hasta chimichurri). El servicio cumple las expectativas. Las porciones llenan y se asemeja mucho al sabor peruano (pollo asado)

La comida muy sabrosa y bien presentada (y buen tamaño), las limonadas muy buenas. La única queja que tendría es la calidad del arroz blanco que vino como acompañamiento.