Un local pequeño, de sólo 12 mesas, con buen uso del espacio. El tiempo de existencia del local no iba acorde con el estado del mobiliario, por lo que asumo que es intencionado para la ambientación/decoración, me pareció novedoso y positivo. Donde nos sentamos estaba el gancho vacío del extintor contra incendio, en una esquina alejado de la entrada. Seguramente quitaron el extintor porque los comensales se golpeaban con el, pero no es solo quitarlo, hay que recolocarlo en otro mejor lugar, es cuestión de vida o muerte. El servicio atento, cálido, servicial y oportuno. La comida con una bonita presentación, me encantó el uso de la ollitas. Pero. . . sin sal, sin sazón. Mi plato fue el chuletón, el dulzor de ron y raspadura debió resaltar lo salado del plato, pero que va, ni así, además no me tocó ni una pasita. Hasta los patacones estaban simplones sin sal y no se sentían frescos. Similares comentarios me dieron de la Ropa Vieja. De entrada se habían pedido torrejitas de maíz y nos gustaron. La comida panameña es de sabores sencillos para nada sutiles. En ocasiones no es fácil replicarlos con los sabores establecidos en nuestra memoria llenos de amor y alma en sus preparaciones. Tienen una responsabilidad muy grande al hacer comida típica, así que préstenle atención a la sal como potenciador de sabores, sin irse al extremo de lo salado. Y como broche de oro, no había postres. :(

Fuimos domingo a las 2pm y tenían sólo su ya famoso Hot & Spicy Cheesebread y 3 galletas de chispas de chocolate. Y yo que quería probar su recomendadas pizzas y postres. Bueno, probaremos el pan de queso, pero todas las mesas estaban ocupadas por familias en plena tertulia y sin intenciones de retirarse después de haber comido. Así que se pidió para levar. El local es pequeño, bonito, nuevo, con decorado industrial. Temperatura agradable y eso que es una panadería con su horno a la vista. Estacionar fue fácil en la parte trasera, sin embargo la entrada trasera no está señalizada e invisible detrás de los autos estacionados. El servicio es atento, jovial, educativo (nos indicaron como guardar el pan) y directo… tan directo como lo es que te digan “solo tenemos estas 3 galletas de chispas” :( Regresaré, me quedaron demasiados pendientes.

Es el restaurante del Hotel Holiday Inn de Ciudad del Saber, agradable, cómodo, decorado sobrio y sencillo. Lo he comenzado a visitar más, desde que ampliaron el horario de atención. No hay problema alguno con los estacionamientos. Personal escaso pero diligentes, cordiales y de trato amable. Tiene muy buena relación costo-plato, un menú pequeño pero bien ejecutado. Tienen días con buffets que son excelentes, con saladbar bien variado. Su punto débil: el club sandwich, casi hace que le baje dos estrellas a la calificación de comida.

Sonaré repetitivo pero es realmente pequeño y acogedor este local. No se si aplica a la decoración pero es un Coquette ecléctico. El servicio amable, poco atento, los milkshake parecían tener ya ratito de haber sido preparados antes de llegar a la mesa. La comida es “DELICIOSA”, bien presentada y se nota el amor que le han dedicado. Hizo que se me olvidara que mi auto estaba mal estacionado y que los milkshake llegaron aguados. Jejeje. Los postres están para lamerse el plato. El menú ha variado en el tiempo y siempre es exquisito. * Por cierto tuve que levantarme a mover el auto, estaba bloqueando a otro.

Se especializan en Desayuno Americano (Estadounidense), aclaró porque el desayuno panameño también es americano, pero a ese no me refiero en estos momentos. Lugar bonito, amigable con mascotas, bullicioso, mesas apiñadas, no me imagino una silla de ruedas en los estrechos entremesas. Estacionamientos limitados. El dueño es un excelente anfitrión y busca las soluciones a cualquier necesidad en particular. El resto del personal igual de bueno en el servicio. Las raciones son abundantes y bien preparadas. Ideal para ir en familia y probar diferentes platos.

No podía desaprovechar el 2x1 en paella + 2 copas de vino por Semana Santa. No defraudó, estaba exquisita; de entrada arañitas que siempre resultan deliciosas. Que mas les puedo decir. . . muy agradable y calmado lugar, lo cual invita a la conversación amigable. Atención del personal excelente. En ocasiones es difícil estacionar, hoy no fue el caso. Por supuesto que regreso siempre.

Les presento mi restaurante de pizzas favorito. Esta sucursal cuenta con abundante estacionamiento bajo techo (sótano), buen decorado, atención rápida y cordial. Pizzas deliciosas, con una buena masa y productos de calidad. Mis preferidas son la Pocotona, La Porras Town y la OG. Casi olvidó que tienen el “Duro de Kukei con leche condensada” que me transporta a mi niñez, me quejo porque se ha ido achicando el vaso y es frecuente que se haya agotado.

Fue mi cierre del Burguer week, “La Churri” es una buena hamburguesa, pero sus predecesoras, que las puedes encontrar en su actual menú, son superiores. La pedí a domicilio pero me he percatado de sus mejoras en infraestructura, una de estas noches subiré a su rooftop a comerme una de sus hamburguesas.

Si no fuera por el Burger week, nunca hubiera conocido este lugar. Llegamos y estaba lleno, pero rápidamente nos ubicaron en una mesa que se estaba desocupando en el área externa, próximo al DJ, si había música con DJ, un poco alto lo cual nos hacía estar gritando para oírnos. Los meseros eran excelentes lectores de labios. Las hamburguesas llegaron antes que las entradas, llegue a pensar que no habían leído bien mis labios. La Pitmaster es exquisita con abundante tocino, un toque dulce, pan delicioso el cual te dejaba los dedos cubiertos de semillitas de amapola, la carne jugosa. Está en mi Top 3. De entrada fueron alitas ahumadas en salsa barbacoa, deliciosas, con un equilibrado punto de picante. El servicio ha sido de los mejores, algo increíble para lo lleno del local, atentos a la mínima solicitud, amables y diligentes. No lo parece pero tiene una cantidad adecuada de estacionamiento. Volveré por sus carnes, es interesante su propuesta.

No encontré puntos débiles, comida excelente, atención esmerada, las instalaciones muy buenas, adecuada cantidad de estacionamientos. La sangría blanca tenía papaya, me pareció innovador. La entrada fue un anuncio de lo bueno que viene, Langostinos al ajillo deliciosos, el puré de ensueño. Y el postre hizo un cierre fenomenal. ¡Felicidades!