Devuelta en la Ciudad de Panamá lo primero que hice fue ir a cenar a Madrigal a ver si seguía siendo ese restaurante que tanto me gusto hará tiempo. El sábado fue casi imposible encontrar mesa y nos ofrecieron la barra de arriba. Al final cenamos en ella y fue increíble: Lengua de ternera sobre un tatin de frutas rojas, pulpo afroantillano, carimañolas de cochinillo y una caldereta de mariscos y pescados fue mi cena. De postre Valle de Antón y buen vino.

De vuelta a uno de mis restaurantes preferidos. Sigue sorprendiendo el buen trato, la carta y sobre todo que se mantengan platos tan brillantes cono las papas con pulpo, el ceviche o el pan perdido; 3 clásicos de Andrés en Panamá. No tomamos menú degustación por desacuerdo de la mesa, pero fue un acierto que Andrés nos recomendara los primeros para compartir; casi mejor que le menú degustación, casi.

Cocina de autor donde la materia prima y la calidad de sus recetas hacen de Andres Madrigal un cocinero criticado y para algunos, como en mi caso, adorado. Su menú degustacion es la prueba de ello, aunque por lo que leo en otros comentarios, se nota a la distancia que la gente miente mas que que habla.

Nada es más que menos, pero mi experiencia en este restaurante es tan mala como su tortilla de patata. Me prometí dar otra oportunidad a Solo cuando en mi primera vista (lunes) me encontré con las puertas cerradas del restaurante gastronómico (podían haber avisado cuando llame para reservar). Volví, haciendo gala de mi palabra, y una y no más. Su menú degustación no está mal, su servicio.. sencillamente no tuve suerte (si preguntas demasiado eres un bicho raro) y tanta presión para que abandones la mesa, injustificable. Sé bien que hay personas que adoran esta "tienda" de diseño, pero me gustaría saber que comen, porque observando las mesas de al lado (están tan pegadas que puedes cambiar de cubierto con el de al lado), solo había lechugas y cosas fritas. En fin, mañana toca Sake.

Como es mi costumbre, nunca escribo sin repetir dos veces el mismo restaurante. La primera vez que fui al Il Grillo me dijeron que un español llevaba la cocina (solo asesora), y no veía nada que hubiera cambiado en la carta. Hace dos días volví y pregunté por el cocinero español y la sorpresa fue cuando me dijeron que Andrés Madrigal era/es el asesor. Cierto es que la carta sigue siendo muy parecida, pero se nota la mano de éste cocinero en nuevos conceptos e ideas frescas muy bien resueltas. Los Gnocchi de espinacas y ricotta fueron de otra galaxía. Escalopines Al Marsala con puré doble a los ás Joel Robuchon. Y su tiramisú veneciano fueron mi almuerzo y la de mis tres acompañantes. Grandioso almuerzo. La carta de vinos, también esta en cambios así que volveré muy pronto a ver si es verdad que Il Grillo se convierte en uno de los grandes restaurantes italianos de la ciudad. Un consejo: mejor ir con amigos que con parejas, es mucho más divertida la experiencia.

Grata sorpresa en Coco del Mar, donde disfrutar de platos bien resueltos. Un poco ruidoso, pero la alegría que se respira dentro lo hace casi fundamental...Buen lugar de reunión entre amig@s.

Decepcionante visita a uno de los lugares más carismáticos (según un amigo panameño) de la ciudad. No sé si es que atender a 400 personas con poco personal y que la comida tarde una hora es normal, pero a mi ya me han visto.

Sorprende que un cocinero Español identifique su cocina con una frase como está "En el afán de ensalzar la gastronomía panameña, nuestros platos están elaborados en un 90% por productos autóctonos de Panamá. Agradecemos a sus agricultores, productores...". Tomamos menú degustación; muy interesante, muy Pritty su cocina y muy atento el servicio: Me quedo con los pescados y los postres, pero eche de menos unas flores frescas o plantas naturales en el salón. Volveré con flores.

4 meses en la ciudad me da para valorar los grandes cocineros y restaurantes de Panamá. Maito, junto con Humo y Madrigal (éste último en probar) me parecen de los más interesantes. Muy buena bodega de vino y lindo lugar.Próxima visita CBP...

Pequeña casa escondida, por lo menos para mi, donde la buena cocina huele desde afuera, lastima que el servicio está más atento a otras cosas que a la mesa. Lugar recomendable si te gusta la buena cocina italiana y no te importa algún que otro despiste de la sala. Seguro que vuelvo!