Iba con mucha ilusión a conocer este sitio. Sin embargo me pareció que estaba sucio, tanto el restaurante como el baño. Al llegar sólo había una persona atendiendo, y tuvimos que esperar muchísimo por nuestro pedido. Luego llegaron dos meseros más que no sabían casi nada sobre el menú y todo tenían que preguntarlo. La comida estuvo normal, el bagel de salmón lo más sobresaliente. Pedimos aparte una focaccia de pollo que, sin bien el pan estaba rico, en general estuvo simple, y el desayuno americano fue bastante regular. El pan sin gluten no era muy rico, hay marcas mejores. Adicional, se les habían acabado varias cosas, no sé cómo un domingo, que se supone es un día de alta afluencia de gente, no están preparados. En resumen, creo que deben mejorar en varios aspectos, pues el concepto es realmente bueno ya que en Panamá no hay sitios así. Por el momento no regresaremos.

Fui con mi pareja, con grandes espectativas ya que somos fanaticos de la comida española. Desgraciadamente el lugar nos decepciono. Pedimos 4 tapas: croquetas de jamon, tortilla de la casa, pan con tomate y jamon y patatas bravas. La verdad es que no nos gusto mucho nada de lo que nos trajeron. Las croquetas estaban decentes, pero eran tan delgadas que en su mayoria el sabor era de aceite, y no de la masa ni el jamon. La tortilla de la casa se supone que era especial por tener un toque dulzon por la cebolla. He comido tortilla con cebolla muchas veces y les puedo decir que esta tortilla no tenia nada que ver, parecia que le habian puesto azucar mas bien. El pan con tomate y jamon fue lo que mas nos llego a gustar. El pan y el jamon estuvieron buenos, El problema fue que al tomate le habian puesto una vinagreta o algo que estaba tan acido que opaco el sabor de los otros ingredientes. Por ultimo, las patatas bravas fueron lo peor. Las patatas por si solas estaban un poco crudas y sin sabor. La salsa "brava" fue una salsa de tomate picante, nada mas. Esa no es la salsa para ese plato. El servicio y el local estan bien, pero lamentablemente no volvere ni recomendare este lugar ya que existen otros establecimientos en la ciudad que tienen mejor comida.

Fui con mi pareja a este pequeño restaurante desconocido para ambos y salimos encantados, con muchas ganas de volver pronto. La comida estuvo deliciosa, se notaba que todos los ingredientes eran frescos. De entrada pedimos el vitello tonnato,realmente recomendable. Como cortesía de la casa nos trajeron unas bruschettas de tomate, el pan casero, deliciosas. Los platos principales estuvieron a la altura, pedimos gnocchis en salsa de tomate y albahaca y los tortelli rellenos de cangrejo, langosta y zuchinne. Ambos platos fueron abundantes, y la calidad fue altísima, super fresco. Para rematar pedimos un tiramisú que no gustó tanto, ya que le faltaba su toque de café, pero muy cremoso y suave igualmente. Para tomar pedimos el vino recomendado por el chef, uno italiano, y fue una grata sorpresa. El servicio fue super atento en todo momento, muy pendientes y amables. La comida no demoró en salir y siempre en su punto de temperatura. Este restaurante es altamente recomendable para ir en pareja. Volveremos!

Ya había ido antes a este restaurante y la verdad lo recordaba mejor. De entrada pedimos los crujientes de salmón que resultó ser una montaña de berro con cuatro láminas de salmón. Éramos cinco en la mesa y tuvimos que compartir el pedacito de salmón, ridículo. De segundo plato pedí los langostinos en salsa de maracuyá sobre una cama de palmitos y berro. Este plato, que sonaba tentador, resultó ser, nuevamente, una montaña de berro, cuatro langostinos muy pequeños, secos, y la salsa de maracuyá brillaba por su ausencia. La verdad que la calidad del plato fue bajísima, sobretodo por el precio que tenía, ya que era uno de los más altos del menú. La calidad del sitio ha desmejorado bastante desde la última vez que fui. Lo seguiré recomendando porque por ahora he tenido mejores experiencias que malas, pero sería bueno que tomaran en cuenta estas cosas que hacen que el nivel del restaurante baje considerablemente.