Si es un bar, está okay aunque un poco extraña la ubicación. Si es un restaurante la música está algo alta y la comida deja mucho que desear. El risotto estaba salado y los mariscos no estaban frescos. Los nachos que son un plato muy sencillo de hacer estaban medianamente decentes, además según el menú son gratinados con mozzarella y jamás llegó en el plato.

Desayuno por excelencia. Mi entrada ganadora es el queso blanco nacional al grill. Pero todo el menú recomendado y jugada segura.

Mi hermano me recomendó este lugar por su buena experiencia en el Aglio del Sortis, lastimosamente acá no fué ni parecida. La comida tardó demasiado tiempo y más considerando que ya está "pre hecha" como me dijo la chica cuando le pedí no ponerle maíz a mi lasagna bolognesa. Para colmo, cuando pedimos queso para las lasagnas nos dicen que se cobra parte. La espera fué igual para los postres y luego la cuenta, fué una cena de casi 2 horas y media.

Me gusta porque tiene opciones de la clásica comida panameña. No está en el menú pero existe la bandeja con varias cosas que incluye: hojaldres, chorizo tableño, queso blanco, torrejas y almojabanos. Las hojaldres estaban bastante simplonas, lo demás bastante bien. El precio un poco alto btw.

Me encantan las entradas en especial el "Camino a David" que son unas mini tortillas coronadas de brisket. Una delicia, sin duda el mejor que he probado en la zona. Las carnes son de calidad y generalmente respetan los términos, aunque a veces les falta un toque de sal. Bastante bueno así que seguiré regresando.

La calidad y el sabor es consistente en todas las sucursales. Importante mencionar que los rollos vienen bien cargados en proteína a diferencia de otros lugares con sushi que he visitado. Mi favorito imperdible siempre será el postre de wantones rellenos de dulce de leche con queso y helado de vainilla, thanks me later!

Estupendo restaurante, me atrevo a decir que está ahora en mi top 5 de mejores restaurantes de comida tradicional (en este caso española). De esos lugares que te tratan bien, te conocen, te sientes como en casa y la comida siempre estará deliciosa. Recomendado con los ojos cerrados, en especial el mero sobre risotto y las croquetas de jamón ibérico.

El servicio fué bastante nice y no tengo quejas de la decoración fuera de la puerta, un poco llamemosle "sencilla" pero muy probablemente por reglas del PH. Vamos a lo que nos compete: la comida. Bastante regular para mi gusto, nada en especial que recalcar. Maybe lo recomendaría para un business lunch en la zona por la ubicación.

La decoración es super agradable, buen twist y se da para unos cócteles de after office sin duda. Sobre la comida, importante mencionar que los platos no son porciones completas sino que debes pedir una combinación de varios para compartir entre los que estén en la mesa. Me atrevo a darle un buen rate a los 6 platos que probé, resaltando especialmente los dátiles rellenos y el sweet geisha roll que es todo un espectáculo en la mesa. De postre pedí el tres leches "deconstruido" porque te lo arman en la mesa y es parte de la experiencia pero muy empalagoso para mi gusto. Por lo demás fine, el servicio estuvo bastante bien.

Jugada segura en el sabor de la comida, el sabor ha sido consistente en cada visita con porciones generosas en cada plato. La atención también muy buena en general.