Este pequeño restaurante ubicado en el casco viejo es muy acogedor. La atención fue muy buena y nuestro meseros Honorio y Valeria muy amables. Lo que más nos gustó fue el Adjapsandali (ragú de vegetales) con el delicioso pan, seguido por el adjaruli kachapuri (el pan en forma de barco con el queso adentro y con un huevo). El dulce Lamro estaba delicioso. Recomiendo ir en grupo ya que los platos son grandes y va bien compartirlos. Espero regresar para seguir probando los distintos platos del menú.

La comida está muy buena y la presentación también. Pedí los dumplings de setas (hongos) y la combinación de texturas y sabores estaba delicioso, al igual que el arroz salteado de pato que pedí. El postre, un helado de pistacho que tenia fresas, blueberries, guayaba y chocolate oscuro entre otros ingredientes estaba riquísimo. El coctel que pedí era de ginebra con albahaca y estaba sabroso. Me gustó mucho este restaurante, espero volver, y lo recomiendo. Como último comentario, el diseño de interiores está impecable. El lugar es muy agradable y se ve cuidadosamente pensado y ejecutado como su oferta culinaria.

Fui a cenar y nos sentamos en la terraza, que es muy agradable y esta bien ventilada. la comida estaba buena, la presentación también y los platos tenían porciones grandes. De entrada comí el escabeche de pulpo que tenia una presentación muy original y como plato fuerte los tortellini de cordero. La sangría blanca estaba sabrosa (en otros lugares suelen hacerla muy dulce). Usamos el descuento de degusta y estuvo bueno el precio de todo. El personal nos atendió muy bien.

El lugar es acogedor y tiene unos ventanales con vista muy linda hacia la calle y un la plaza con vistoso árbol. La música era salsa navideña, lo cual lo hace animado y auténtico. Los platos tienen presentaciones vistosas. La limonada está muy buena, pero los pancakes con frutas no. Las frutas no tenían mucho sabor y el sirope no endulzaba (recomiendo usar sirope de maple). Pedimos un Philly cheesesteak que estaba bueno y tenía una buena porción, a mi gusto hubiera preferido menos mantequilla en la parte de afuera del pan.

La comida es sabrosa, con porciones grandes, y tiene buen ambiente. Lastimosamente el servicio es sumamente lento, es un tema recurrente.

El diseño de interiores está espectacular. La atención fue muy buena y tanto la mesera como el mixólogo del bar nos explicaron sus platos y bebidas (fuimos durante una competencia de mojitos y como pedimos su mojito nos vino a explicar en que consistía el mojito, muy atentos de su parte). También se pidió un coctel llamado “el picarón” que gustó mucho. Recomiendo el short rib que estaba muy bueno y de postre el volcán de chocolate.

El lugar es una gran terraza con muchas plantas y buen ambiente. Fui un jueves y había un dj, además de un mago que se acercó a nuestra mesa a hacernos trucos. Vi que hecho revisiones al menú para indicar qué bebidas son picantes, lo cual está muy útil. Recomiendo el guacamole de entrada, y debo decir que tres leches estuvo delicioso.

Pedi una pizza de rúcula y el pan estaba delicioso y crujiente, el sabor de la pizza buenísimo como siempre. Muy buenos precios en relación a la calidad de las pizzas.

El espacio es muy lindo, en especial la parte de atrás que da la sensación de estar dentro de un invernadero. Probamos la pizza Buffalo estilo Detroit que es parte del Pizza Week y me sorprendió lo buena que estaba, la masa estaba gruesa pero esponjosa y por fuera crujiente sin ser muy dura. También pedimos la pizza de champiñones al ajillo y estaba sabrosa.

Buen lugar para ir a comer y a trabajar, un ambiente relajado y amigable. Tienen muchas variedades de preparación de café frío y caliente. Me gustó que pude llevar a mi perro.