el spaghettini portobello estaba muy salado, la pasta boloñesa muy empalagosa, y el salmón bueno estaba bien. La atención es buena, pero tuvimos una muy mala impresión del lugar ya que al llegar estaba muy lleno y solo quedaban 2 mesas de 7 puestos, y una micro mesa en el pasadero de dos puestos arrimada a la pared, nosotros éramos 3 personas y mi niña de casi dos años, decidimos sentarnos en la mesa grande pues obvio la otra estaba muy chica y quedaba en el pasillo, cuando ya habíamos ordenado llega el mesero y nos dice que teníamos que movernos a la mesa del pasillo por qué éramos 3 personas y automáticamente le dije que no que esa mesa era de dos y quedaba en un pasillo y no me gusta sentarme en el pasadero de todo el mundo, insistió que era una regla del restaurante y que le podían llamar la atención, nos molestamos muchísimo y le dejamos claro que ellos no podían obligarnos a incomodarnos solo por qué no tenían mesas suficientes. Que ridícula jamás me habían dicho semejante estupidez en un restaurante, ni si quiera en el más barato .
YO NO REGRESO👎
