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Si vas a Boquete, este restaurante con pinta de casa sencilla es un lugar muy recomendable. El interior cambia rápidamente tu perspectiva del lugar al toparte con una mezcla de ambientes entre lo campestre y un toque contemporáneo que resulta muy placentero a la vista, con una distribución del lugar que es de admirar, ya que presenta espacio para un buen número deal mesas, de tal forma que una familia entera (incluso con su mascota) puedan sentirse cómodos; lo cual me lleva también a hablar de la terraza, que con una decoración súper sencilla es capaz de hacerte sentir calmado y cómodo, como si estuvieras en el patio trasero de la casa de un amigo. El servicio es de elogiar, la joven que me atendió junto a mi familia fue (si bien directa y con poca exposición) muy buena, en especial entregando el pedido que sólo tardó 10-15 minutos y fue bastante amable con nosotros. Sobre la comida, todo estuvo sabroso, mis dos hijos pidieron dos tipos de spaghetti (el de Alfredo con camarones y fetuccini portobello) y ambos son platos remarcables que disfruté probar, mi esposo y yo pedimos un arroz con curry y camarones, el resultado fue exquisito y otro plato que merece mucho la pena probar; también pedimos una bebida cada uno y todas estaban ricas, pero mención muy honorífica a la limonada con coco y raspadura con naranja que conforman un gran complemento para la comida, si es que te gusta comer lo que sea con una bebida. Finalmente pedí un postre (tiramisú) que estaba muy bueno y todos comimos un pedazo. No dejes pasar la oportunidad de visitar este sitio si está en tus posibilidades, difícilmente te decepcionará
