Luego del éxito de esta franquicia en la Ciudad de Panamá apoyado en la buena aceptación de sus hamburguesas, incursiona en el interior. Destaca su ubicación a la subida de Boquete, muy conveniente para los viajeros que vienen subiendo tarde desde Panamá (baños limpios).
Panamonte sigue siendo el hotel y restaurante referente en Boquete. Es muy agradable tomarse un aperitivo en el bar frente a la chimenea antes de pasar al comedor. En esta ocasión probé unas empanadas de maíz rellenas de ropa vieja que estaban realmente exquisitas, seguidas de un filete nacional de grano robusto y mucho carácter que desafortunadamente vino bien cocido aunque lo pedí término medio.
Restauránte muy sólido regentado por un chef italiano. Decoración sencilla, acogedora, con cocina abierta. Destaca el buen servicio. recomiendo el linguini con langosta, acompañado de un Pinot Grigio.
Buen lugar para tomarse un capuchino acompañado de una deliciosa torta. Tiene una terracita muy simpática. Ubicado dentro de la Finca Leila, por lo que venden un amplio surtido de café de la finca.
Es un restaurante rústico en una vieja casa de madera, con atención tipo familiar. La limonada de fresa estaba buenísima. Por recomendaciones recibidas pedí la sopa de tomate pero no la rncontré especial. Mejor estaba la sopa de brócoli de mi acompañante (deliciosa!). El pollo a la milanesa, muy bueno. La trucha rellena de vegetales, estuvo muy bien manejada pero no es en sí un platillo particularmente atractivo. La cocina es pequeńa y por tanto el servicio demoró. La gente es amabilísima.
Los Camisones es una parada obligada cuando voy al interior. En esta ocasión probé un casserole de mariscos al ajillo acompañada de arroz blanco para que no se perdiera ni una gota de la salsa. ¡Exquisita! De aperitivo probé la “ensalada Tarazi”, interesante receta del amigo Joe Tarazi. Todo muy bueno.
Slabon (David)
Luego del éxito de esta franquicia en la Ciudad de Panamá apoyado en la buena aceptación de sus hamburguesas, incursiona en el interior. Destaca su ubicación a la subida de Boquete, muy conveniente para los viajeros que vienen subiendo tarde desde Panamá (baños limpios).
Panamonte
Panamonte sigue siendo el hotel y restaurante referente en Boquete. Es muy agradable tomarse un aperitivo en el bar frente a la chimenea antes de pasar al comedor. En esta ocasión probé unas empanadas de maíz rellenas de ropa vieja que estaban realmente exquisitas, seguidas de un filete nacional de grano robusto y mucho carácter que desafortunadamente vino bien cocido aunque lo pedí término medio.
RetroGusto
Restauránte muy sólido regentado por un chef italiano. Decoración sencilla, acogedora, con cocina abierta. Destaca el buen servicio. recomiendo el linguini con langosta, acompañado de un Pinot Grigio.
Cafe Lerida
Buen lugar para tomarse un capuchino acompañado de una deliciosa torta. Tiene una terracita muy simpática. Ubicado dentro de la Finca Leila, por lo que venden un amplio surtido de café de la finca.
Casa Vieja
Es un restaurante rústico en una vieja casa de madera, con atención tipo familiar. La limonada de fresa estaba buenísima. Por recomendaciones recibidas pedí la sopa de tomate pero no la rncontré especial. Mejor estaba la sopa de brócoli de mi acompañante (deliciosa!). El pollo a la milanesa, muy bueno. La trucha rellena de vegetales, estuvo muy bien manejada pero no es en sí un platillo particularmente atractivo. La cocina es pequeńa y por tanto el servicio demoró. La gente es amabilísima.
Rincón de los Camisones.
Los Camisones es una parada obligada cuando voy al interior. En esta ocasión probé un casserole de mariscos al ajillo acompañada de arroz blanco para que no se perdiera ni una gota de la salsa. ¡Exquisita! De aperitivo probé la “ensalada Tarazi”, interesante receta del amigo Joe Tarazi. Todo muy bueno.