La ubicación del restaurante es fabuloso, con vista a la marina de Vista Mar, unos yates fabulosos, la costa que no tiene nada que envidiar a las costas famosas europeas. La carretera de acceso, por unos 50 metros es de un solo carril para ambas direcciones, así que cuidado con los que hayan tomado un poco. El servicio muy amable pero no saben ni la diferencia entre una corvina y una tilapia, les falta mucho entrenamiento. La comida lamentablemente tumba todo lo bueno, las papitas incomibles, a pesar de haberles devuelto a la cocina. no usaron temperatura adecuado del aceite o algo parecido en la preparación. Puedo recomendar el lugar solamente para tomar unas copitas de cava o cerveza. Lástima.

Este Hotel siempre ha sido uno de mis favoritos en Panamá. Los desayunos muy completos, ambas modalidades, à la carte o buffet. El restaurante tiene una ventanas altissimas, espectaculares, y desde casí todas las mesas uno puede apreciar las famosas jardines del Hotel con sus fuentes de agua. La trucha es la mejor que he comido en Panama, probablemente porque tiene su propia piscina de truchas en frente del hotel. No fuimos a pescar las nuestras, pero sí es posible hacerlo. Estaban renovando la carta de vinos, así que tenía que acompañar al mesero para ver los vinos que tenían en el estante. La selección no fue extraordinaria, especialmente no en vinos blancos, considerando que la trucha es la especialidad.

Mi restaurant favorite en este área, sobre todo los mariscos. El servicio fluctua, generalmente muy bueno, pero de vez en cuando parecen estancarse cuando hay mucho público. Deberían tener una carta de vino un poco mayor.

Nos quedamos en el hotel Riverside Inn y su ubicación al lado era fabuloso. Básicamente todos los platos eran maravillosamente Buenos, sobre todo innovadores.