Un restaurante sumamente ageadable para una parada antes de llegar a las playas. Es tipo rancho, en perfectas condiciones para disfrutar un agradable almuerzo o cena. Elegimos el Dorado en salsa blanca con camarones, de muerte lenta! Como segunda opción corvina en finas yerbas, muy bueno también. El pescado sumamente fresco y en excelente cocción. Los postres muy buenos.