Maguro es mi restaurante favorito cuando vengo de visita a Panamá. Atención, comida y servicio 100/10. Su calidad es inigualable pero de las cosas que más admiro y respeto de este restaurante, es que se mantienen a través del tiempo. Felicitaciones!

Maguro es simplemente de las mejores experiencias en Panamá, nada que hacer o decir! Es de esos restaurantes que si o sí, debes visitar! tip: El sorbeto de lyches, fuera de este mundo! y ni hablar de su kimchi!

Luego de un largo tiempo sin visitarlos, me animé a su propuesta de brunch dominical. Me pareció muy completo, coherente con la propuesta del restaurante cheese delicatessen y cuentan con ingredientes de alta calidad en sus preparaciones. Salí enamorada de su cheesecake, altamente recomendado. La atención y servicio se puede afinar. Gracias a todo su equipo.

Los visité por primera vez y salí muy feliz. El ambiente del lugar recoge su ubicación: El Casco Antiguo. Tiene una magia muy particular este lugar, complementado por una gran hospitalidad de todo el personal y la calidad de la comida definitivamente elevan la experiencia al punto de querer regresar y además, recomendar.

Es un placer visitar este restaurante. El ambiente me fascina, la atención y servicio es diligente y pendiente. La comida es de buena calidad, pero vuelvo a su ambiente. Es propicio para guardar memorias inolvidables.

Hacia un tiempito no los visitaba. La frescura en sus pescados para los niguiris impecable como siempre. El kimchi, espectacular. También, me atrevo a decir que tienen los mejores mochis que se pueden conseguir en Panamá. El ambiente es versátil, cómodo y familiar sin perder elegancia. La atención y servicio outstanding. Un lugar para ir y recomendar con los ojos cerrados. Muchas gracias por hacer de mi visita, una inolvidable.

Realmente lo que venden es una mundología gastronómica en Panamá. El montaje, sus productos y el entrenamiento del personal es el reflejo de una idea basada en alta calidad. Vale la pena visitarlos y tener un concepto propio sobre el lugar, al ser una oferta tan versátil y flexible, cada cliente/comensal va a tener la oportunidad de no sólo disfrutar, sino aprender y conocer el complejo mundo de los quesos y sus vinos.

Los conozco desde que abrieron (cuando eran Athanasiou). El personal es excepcional, los emparedados, sopas y postres estandarizadas. Pero debo decir que me aterra de sobre manera el excesivo abuso de platos desechables. Lo único que no es desechable son sus tazas, (si no son to go) por lo demás, absolutamente toda su “vajilla” es de 1 sólo uso. Me parece absolutamente inadmisible que con tantos cambios, esto no sea una prioridad. El cambio climático es una realidad y no esforzarse por por aportar un granito de arena (que de hecho representaría un mundo completo) no tiene excusa alguna.

Qué buen lugar! Un servicio absolutamente esmerado, la comida es interesante; ordenamos pescado al carbón (el pescado era sargento), nos encantó el chimichurri con el toque picante, el aderezo de maracuya de la ensalada refrescante y las yucas fritas crujientes y sin aceite. Volveremos indudablemente para seguir explorando su menú.

Pedimos un helado de unicornio y uno de rosas y sabían exactamente igual. No puedo decir decepcionante porque es una experiencia, el precio definitivamente es por el ambiente y la ubicación.