Luego de años pensando si valía la pena venir para acá, que buena primera impresión al hacerlo. El lugar es bastante íntimo (de día igual no molesta para nada la claridad y amé). Pocas veces pido entrada y debo decir que las croquetas de queso de cabra con una salsita semi dulce de maracuyá estaban deli. Pedimos el mismo plato principal Pollo al Grill con salsa de champiñones: uno con pasta y el mio con vegetales. Exquisito. Sería genial que abran el espectro de tipos de pasta para aquellos que como yo, somos sensibles al gluten (conozco ya 2 restaurantes de corte italiano con esta opción). El postre divino! (olvidé el nombre pero demora 20 minutos en estar listo :)) Y lo que más valoro: la buena atención. 10/10

Una temática de jaula y selva bien llamativo. Amé la iluminación. Pedimos dos entradas y 2 rolls y debo decir que los ganadores fueron las entradas. Por su sabor exótico. Quizás los rolls los vimos algo pequeños. Repetiremos para probar todas las entradas. El local es pequeño y mejor así. Así que póngase su mascarilla!

La buena atención hace que por momentos dejes pasar un regular menú. Pero este no es el caso. Que buena su pizza. Es la 2da vez que vengo. Y salgo muy satisfecha. Mi partner no se había atrevido a entrar por el logo de la entrada (muy Girly según el jaja. Hombres....). Pero quedó sorprendido. Un buen vino. Una Trufada y una Griega. Buena conversación. Un ambiente genial. No se necesita más.

Desde que supe de este lugar hace 3 años tenía unas ganas inmensas de celebrar mi cumple acá. Bueno, no lo hice en mi cumple pero sin duda fue una noche maravillosa. Acá hay que venir con ánimos de degustar, experimentar. Todo lo que se pidió fue compartido. Una botella de vino blanco para acompañar: exquisita. La chica que nos atendió nos dió buenas sugerencias. Sino eres amante de la comida japonesa, no es tu lugar. El ambiente outdoor de noche es realmente increíble. Nota: tienen que ampliar el baño. Puede llegar a haber demasiada gente considerando que solo cuentan con un solo servicio por género. Olvídese de ahorros. Económico no es. Pero lo vale. Así sea una vez al año. Tip: la Coliflor...OMG. Es el plato sin proteína más divino que he comido en mi vida!

Creo que puedo confirmar luego de probar en varios locales, que es el MEJOR en la preparación de comida venezolana. No sólo las arepas rellenas, es el pabellón, el desayuno típico, las cachapas y no he probado la empanada porque le huyo a las frituras (falta poco para que ceda). Solo he ido una vez a su local (y pedí ensalada "..."). Adicionalmente, tienen bien dispuesto en el menú comida típica panameña. La verdad no dudo de su buen sabor (si son tan cuidadosos con los envíos a domicilio, saquen cuenta en persona). Se ha vuelto algo así como un crush dominguero. Su comida me lleva a mis raíces y eso me pone feliz.

De mis locales más visitados, este. Cualquier motivo, salgo feliz: desayuno, brunch, almuerzo o simplemente un café. He pedido del menú básicamente de cada renglón (menos carnes rojas/no las consumo con frecuencia) y poco menos que espectacular. Incluso en algún error, el gerente responde de una manera tan amable y responsable. Vale la pena pagar lo que piden. De todos los Paul en Panamá, el mejor. Dato: los mejores Huevos Benedictinos de la vida!!!

Meses sin venir y me encuentro con la misma amabilidad y sonrisa de la anfitriona (me reconoció y eso se agradece la verdad). Remodelado el área de entrada que da a la calle (hermoso). Pedí unos tacos mixtos. Mi partner una milanesa y acompañantes y de entrada un guacamole (DIVINO). Los sitios así tienden a permanecer porque apuestan a la calidad como disciplina y no como novedad. 100 ptos!

He venido varias veces. No sé cómo es que no lo he reseñado antes (o a lo mejor si). Este sitio me resulta tan perfecto para mi. Solo me he sentado en la barra (suelo comer sola y lo disfruto tanto pero tanto). Sus creaciones, enloquesco con la Pizzeta tipo Carpaccio. Sus vinos. Hoy probé su Macchiato... fantástico. Los detalles en todos los platos. El esmero. El buen servicio. Se paga lo que piden con gusto. Vendré todas las veces que mi tiempo y finanzas lo permitan. Ha pasado el tiempo y siguen destacados.

No tenía expectativas altas como mis compañeras y no sentí la casi decepción que mostraron. Pero estuve de acuerdo en: los precios son muy altos para la calidad de, al menos lo que se pidió (tabla de quesos, huevos rancheros y una pasta, todo esto en francés). Los quesos no enamoran y tampoco el pan (y hago énfasis porque en sitios europeos son súper detallistas con esto). El ambiente si. Quedé con ganas de ver más opciones en el menú. Según nos indicaron lo están reestructurando.

La iluminación es algo que valoro en ambientes clásicos y de estándares altos y acá es maravilloso. Aprovechamos el Dcto (justo y necesario) y quiénes comimos disfrutamos muchísimo lo pedido. La entrada era una mezcla de vegetales y portobello y lo sirven con unas bolitas de pan divinos! No soy de comer pasta pero apenas vi la opción "integral/gluten free" lo amé. El dueño se acercó par de oportunidades a validar como nos sentíamos. Eso se valora. El vino (de mis favoritos, el Montepulcciano) exquisito. Es un lugar sobrio. Para disfrutar tranquilos. Vale la pena repetir.