Me gustan los sandwiches y el café en este sitio. Las pastas muy buenas. El ambiente en un sótano es irrepetible, muy acogedor. El servicio siempre es bueno.

El sitio es pequeño pero bien decorado. Solo postres de tres tipos: rolled ice cream, crepes y waffle en palito. Muy buenos. Preparan el helado en el acto, por eso el servicio es lento.

Hay que pensar en este restaurante como en esas fondas donde almuerzan empleados de salario mínimo, no como un restaurante formal. El día que fuí no tenían aire acondicionado. El restaurante tiene muchos detalles mal cuidados por ejemplo paredes y techos. Comida de fonda prehecha y recalentada en baño maría. No me gustó el aspecto de la gente que atiende.