Magnífico menú, muy buen servicio, pero el lugar es muy ruidoso, especialmente porque es frecuentado por familias con niños y bebés. Tal vez podrían considerar instalar paneles de corcho u otro material para amortiguar la bulla. El mejor ambiente es el de la parte de atrás, simulando un vivero.

Precioso restaurante con un amplisimo menú. La parrilla japonesa/asiática le añade un toque diferente a la velada. El ambiente es cómodo y elegante. Tiene fácil estacionamiento. El servicio es esmerado.

Es un lugar sumamente ruidoso que además contrata a un músico y su cantante, que ahogan cualquier conversación. En esa indefinición entre restaurante y cabaret, es muy difícil pasarla bien con tus acompañantes. El servicio de valet es sin entregarte ticket por tu carro, por lo que empiezas tu velada con ciertas dudas y ansiedades. El pan de bienvenida estaba frío y era solo acompañado por una salsa de tomate igualmente fría que parecía sacada directamente de un frasco de Ragú. La comida era casera. Los precios muy altos: platos de pasta por encima de $30. Buen servicio pero con la manía de llegar a la mesa interrumpiendo la conversación.

El ambiente es ecléctico. La terraza es cómoda pero la música en vivo no necesariamente es del gusto de todos. Lo mejor es su vista a la ciudad.

Excelente servicio y calidad, pero con la música tan alta que hace ruido y no permite conversar amenamente. Por esto le doy solo 3 estrellas en la calificación "Ambiente".

Esta era mi segunda vez en el restaurante. La vez pasada éramos pocos y el lugar estaba callado. La comida y el servicio fueron excelentes Esta vez no. El restaurante se confunde con bar y pista de baile en el mismo sitio. La música es tan alta que no es posible tener una cena agradable y conversar amenamente. Tuvimos que cancelar nuestra reserva y trasladarnos a otro restaurante.

El ambiente espectacular, la comida buena. El Provolone frito es estupendo; las costillas de cerdo no. El restaurante estaba lleno, lo que da indicios de su aceptación. Quizás por esto mismo el servicio no era el adecuado; los meseros se tomaban su tiempo en darse su vuelta por la mesa. Nada que no se pueda superar.

Un restaurante caro pero en una localidad inmejorable, con vista espectacular y con comida y servicio excelentes. Además, cuentan con valet parking.

Comida excelente, pero ambiente incómodo y demasiado pequeño y servicio deficiente. Fui con mi esposa y una pareja de amigos. Estábamos indecisos sobre el vino a pedir, por lo que la mesera nos recomendó el vino de la casa. Confiados en que el de casa siempre es bueno y económico, aceptamos. En la cuenta nos clavaron $56 por la botella, mucho más que lo que costaban otros vinos mejores y reconocidos. Nos pareció sumamente deshonesto. No volveré más.