Pedí por PedidosYa y la orden estuvo excelente. La pizza fue mitad personal (pepperoni), mitad especial (Kritikos). La cantidad de ingredientes fue impecable. Ambas mitades estaban cargadas de ingredientes. La masa delgada. La Kritikos se siente muy saludable; la acompañé con Tzatziki para dipear.

Muy buena pasta. Las entradas un poco costosas y las porciones no tan generosas (pedimos el pan con mantequilla de ajo, que está en $4.00 y traía 4 rebanadas de pan). En general estuvo buena la comida y volvería a probar otros platos. El local está algo difícil de acceder por construcciones en la zona y no tiene estacionamientos.

La comida estuvo rica, pero no excelente en relación al costo y porciones (quizás fue por lo que ordenamos). Pedimos Sogalbisal (BBQ de costilla de res sin hueso por $35.00 y la carne y su sazón no se sintió especial, la porción no fue grande tampoco; incluso hubo trocitos que no se pudieron comer porque tenían cartílagos). El arroz es un extra de $2.00 por un bowl pequeño (considero que debió haber estado incluido en el costo de la carne). Lo que sí trae como extra son ciertos acompañantes de degustación (kimchi, mixtos de vegetales, frijoles nacidos, sardinitas secas) y aparte una ensalada de hojas de un tipo de cebollín fresco, crocante). Lo que más me gustó fueron los mandú, que tienen un relleno delicioso y una porción abundante. El personal muy amable, haciendo recomendaciones y explicando las opciones del menú. El ambiente es chiquito de unas 5 mesas, por lo que es importante reservar.

El concolón no se parece mucho al que queda pegado en las pailas de nuestras mamás y abuelas... le falta el crunchy total! Mi favorito de lo que ordené fue el guacho de filete de res, tiene un sofrito de tomate muy rico aparte de que el filete tenía toque ahumado y super suavecito. Mis acompañantes pidieron pollo frito y comentaron que el pollo no tenía algo especial, pero que el puré estaba muy rico! El raspado de postre estuvo enorme (lo repartimos entre todos por la cantidad que era). Recomendaría una entrada y postre para compartir entre dos y un principal para cada uno. En cuanto al servicio a la mesa, algunos platos salieron bastante rápido, pero luego sí hubo que llamar a los meseros múltiples veces para recordarles o pedirles extra.

Una buena opción para los amantes de la carne. Fuimos al domingo de rodizio y el ambiente estuvo relajado con música en vivo. Lo que degustamos estuvo todo delicioso. Definitivamente han mantenido su estándar de calidad.

Fui con mi mejor amigo a celebrar el fin de año y comimos muy rico! No tuvimos queja de lo que probamos, a excepción del coctel especial de Navidad (sólo sabía a ron y más nada, puede mejorar). Lo más delicioso: los chicharroncitos de entrada con su limón y salsita picante, y el flan de queso de cabra (super cremosito) 😌. El ambiente, impecable: salones exquisitamente decorados: uno con aire acondicionado y otro que es la terraza al aire libre con techado automático, que recomendamos. Al llegar pudimos disfrutar del cielo nocturno hasta que empezó a llover, pero todo se mantuvo bajo control. La atención del personal fue excelente, especialmente la del Sr. Orlando, con su carisma, sentido del humor y amabilidad nos hizo sentir muy bienvenidos, como en casa. Los pequeños detalles: servilletas de tela, la música en vivo, las luces y flores le aportan a la experiencia✨

El restaurante tiene precios demasiado altos para la comida que sirven! De entrada pedimos patacones rellenos y nos trajeron 4 patacones (dos con pollo y dos con camarones) por $17.00. Estaban ricos pero siento que el precio es demasiado excesivo para solo 4 patacones! Aparte de eso pedimos ají de gallina que traía únicamente una porción bastante pequeña de arroz blanco por $19.00. El lomo saltado estuvo un poco mejor, acompañado con papas fritas y arroz. La carne estuvo muy suave y bien sazonada. Su precio estaba alrededor de los $20.00. De tomar una limonada frozen en un jarrito pequeñito y un pisco sour (nada del otro mundo). Teníamos $60.00 en crédito por una promoción pero se queda corto. La cuenta fue alrededor de $80.00 para dos personas por una comida que no estuvo espectacular y que no incluyó un postre! No estuvo mala pero tampoco dejó una impresión que me haga querer regresar por más.

Excelente los desayunos! Una gran variedad de combinaciones de pancakes (bananas y fresas, chocolate belga, el de crema inglesa, blueberries, sólo por mencionar algunos) y de omelettes (el de hongos con espinacas, brócoli o el de bacon con un montón de carnes extra), al igual de smoothies! El personal es muy amable, desde que llegas te saludan y te buscan una ocupación, te presentan la carta inmediatamente y luego alguien regresa a tomar el pedido. Fue rápido el proceso de toma y preparación, a pesar de que pedimos varios items. El ambiente y decoración muy cool (puedes ver al staff creando pancakes al tuyo si te sientas en la planta baja ;) además de que me encantan las sillas acolchaditas). Lo recomiendo mucho!

Pedimos recién por Uber Eats y la decepción superó mis expectativas! Ordenamos dos Kappers Burgers, una con patacones y otra con aros de cebolla y nos enviaron las dos con papas! Si hubieran tenido buen sabor las hamburguesas se hubiera perdonado la confusión con los acompañamientos, sin embargo las hamburguesas estuvieron de espanto, tragedia y ganas de ahorcarse. No sólo la carne de ambas estaba super seca... venía quemada (negra, tostada). Para tolerarlas tuvimos que quitarles la costra quemada (que además amargaba) y así no botarlas del todo (luego de una hora de espera, cero ganas de cocinar y con un hambre terrible). Menos relevante, pero contribuyendo más al terrible servicio: no enviaron ni ketchup ni servilletas. Me molesta que se aprovechen del cliente de esta manera, sólo porque es delivery y no nos tienen de frente para escuchar nuestro reclamo y exigir que nos cambien el plato! 😠😠😠No recomiendo a nadie pedir con este restaurante 👎👎 Mi calificación: 0 de 0!!

La iniciativa de resaltar la gastronomía de nuestro país me parece excelente! Para llevar a visitantes extranjeros... super el concepto! Se puede hacer un recorrido por la cocina panameña en dos horas sin tener que atravesar todo el país. Debo decir que la comida (el total de los 6 platos) no me dio ese factor "wow". Por el contrario, me dejó mucho que desear. La bandeja del carnaval tableño: eran frituras y estaban frías al llegar a la mesa (imperdonable)... las croquetas de carimañola no tenían relleno de carne molida, eran sólo yuca y más yuca! El plato de Colón, la torrejita de bacalao y el pulpo: fríos; la temperatura del patty sí estaba bien. Las hojitas de cilantro que decoraban el trago Narganá estaban marchitas y amarillosas... no la mejor impresión. Para ser una cena de $90.00 por persona pienso que se deben cuidar muchos más los pequeños detalles. Tampoco puedo dejar de mencionar que la cena empezaba a las 7:30 pm pero como había que esperar al resto de comensales se dio inicio 45 minutos más tarde... (en parte culpa de los propios otros comensales). En conclusión: rescato la novedad del show audiovisual, muy aplaudible. De la comida: el postre "tierras altas" me gustó por la variedad de texturas del plato: mousse, polvo de chocolate, sponge cake (aunque pienso que debieron incluir el elemento de las famosas fresas con crema, tan buscadas por los que visitan Boquete y Volcán. Algo aquí que señalar: lo que debió saber a café, no sentí que sabía... predominó más el sabor a chocolate). El plato llamado "La Matanza", inspirado en Veraguas, estuvo bueno también (chow mein delicioso, res super suave, todo con un rico sabor ahumado, muy autóctono, que realmente me recordó al típico fogón de leña). Aún se puede mejorar y se debe... por favor chef Francisco Castro, rescate la iniciativa porque la idea es buenísima!