Buena atención y platos sencillos pero muy sabrosos: sopas, desayunos, emparedados abiertos, buen café, dulces, frapés... Es un lugar especial, lleno de detalles originales que te relajan y distraen. El sitio es excelente para una reunión de amigos o simplemente desconectarse un rato.

Un lugar tranquilo para almorzar un día de shopping en el mall. La ensalada Waldorf, una buena porción, estuvo deliciosa como siempre, con sus pedacitos de pita para acompañar. También estuvo muy bien en cuanto a sabor y porción la pita chicken salad con papas fritas. El café latte con la calidad de siempre. A volver pronto!

Solo entrar y el ambiente te hace sentir que se trata de una ocasión especial. Fui con una amiga y queríamos algo tipo brunch. El joven que nos atendió nos fue guiando en la selección de tal forma que todo fluyó superando las expectativas. La mezcla de sabores y el ambiente iluminado y colorido es toda una experiencia sensorial que te relaja y te desconectan del mundo exterior.

El ambiente corresponde al normal de un food court de un centro comercial. Hemos pedido a domicilio y también nos ha ido muy bien, entrega rápida y completa. Una buena alternativa cuando se nos antoja comida criolla. Buena relación precio cantidad y calidad. Hemos probado el puerquito guisado, pescado apanado, pollo guisado y todos excelentes.

Un lugar sencillo con comida libanesa bastante casera. Las bandejas mixtas son una buena opción para saborear distintos platos, que nos parecieron todos muy sabrosos. La limonada hierbabuena muy refrescante. Volveremos sin duda!

Una excelente opción cuando te provoca un postre con chocolate. La variedad es amplia. Y si quieres empezar con algo salado también hay un par de cositas para escoger. Los crepes de pollo y de queso y hongos, son ambos deliciosos. Me parecieron muy originales los tequeños que te los sirven con chocolate derretido para remojarlos. La combinación del saladito del queso del tequeño y el chocolate es sencillamente deliciosa. Un ambiente muy agradable y el personal atento.

Desde que llegas te transportas al interior, con ese ambiente de fonda y música típica que, con detalles y creatividad, este restaurante logra muy bien. Los chicharrones fueron el éxito de la noche, inmejorables, crujientes y suaves al mismo tiempo. El guacho de mariscos estuvo delicioso. La ensalada de feria con buenas porciones de zanahoria y las tortillas de maíz nuevo con una capa de queso encima, todo esto con un ligero sabor a leña, como el de "allá donde uno". Y a la hora del postre tenían como ocho opciones de dónde escoger. Tres leches, flan, de manzana, de limón, etc. Nos fuimos por una copa de manzana, con bizcocho y crema que estuvo muy buena.

Un ambiente muy acogedor, con buena música y comida. El humus hecho en casa , la hamburguesa Mika y el emparedado de falafel están completamente recomendados. Además de variedad de bebidas frías y calientes, postres y todo un menú de desayuno que tengo que regresar para probarlo.

Original, con atención a los detalles. Algo único en Panamá. Excelente ambiente. Te transportas al mundo de Julio Verne... Cócteles con especias en unas mezclas de sabores que uno no se imagina

Tiene estacionamiento disponible, lo que resulta muy cómodo en Calle Uruguay. El restaurante es tipo cafetería, moderno, iluminado y muy limpio. Las pizzas preparadas al estilo napolitano se sentían frescas y bien elaboradas. Los helados artesanales deliciosos y variados.