Menú bastante limitado pero lo que tienen, como es de costumbre, deliciosos. Es bastante extraño, quien estaba en la caja no tuvo el mejor servicio al cliente pero quien llevo los goodies a la mesa extremadamente amable. Es una buena opción en el mall. El chai tea es muy diferente a los que he probado en otros establecimientos y recomiendo que prueben.

El local como tal esta un poco descuidado PERO siempre esta limpo, lo cual hace que lo demás no sea de gran importancia. La comida siempre esta fresca, puede ser ya que es un área de alto tránsito de peatones haya mucho movimiento en la comida.

Escogí La Chinita, una de sus insignias podrían ser las cebollas caramelizadas. Algo que me sorprendió fue que tenían limonada en su menú, no tener que escoger soda obligatoriamente es fabuloso. Kudos a ellos.

Veníamos del área oeste y decidimos pasar por aquí. Mi última visita fue para el olvido. - Yo: "Joven, ¿qué clase de soda tiene?" - Mesero: "Negra y blanca". Realmente no he vuelto a ir. La comida estaba 4/10. Quizás lo que viví fue algo de un día pero con tantas opciones que se tienen hoy día, no regresaría.

Mi preferido es el parfait u otra opción es un sencillo top it. La atención ha ido mejorando exponencialmente.

Tarde o noche un helado de aquí es toda una experiencia, además que siempre uno encuentra un helado nuevo, al menos para uno. Algo que me encanta de su decoración son los recortes de periódico que tienen en sus paredes, reportajes que les hayan hecho en el transcurrir de los años.

En mi última parada comprobé que la variedad que tienen en todos los snacks es muy buena. Entre los quesos y vinos es good deal. Generalmente voy a la sucursal ubicada en Albrook, sin embargo, estaba cerca de Vía Porras y fui a este, el trato de quienes trabajan allí no fue el mejor. Es una lástima que a veces una buena experiencia se vea manchada por este tipo de situaciones.

El chocolate caliente y los emparedados son un must try. El local es bastante pequeño, sin embargo, al estar en una plaza no hay problema para estacionar. La atención es bastante plain, sin embargo, el dueño o encargado, no logré identificar, sumamente amable pendiente de todos los detallitos que quizás al staff se le pueda olvidar.

Me estaba quedando en un hotel cercano y pase a cenar un poco tarde, a eso de las 9:00 p.m., el local estaba casi vacío y que me atendieran fue una odisea. Tuve yo que llamar a un mesero para que me tomara la orden. Ordene un cubano y dejo mucho que desear, por alguna razón estaba amargo, habrá sido una salsa o algo pero solo me comí menos de la mitad. Es una decepción porque para mí este resturante siempre fue el spot familiar. Espero que en una próxima visita cambie.

No tomo café pero desde que conozco de Starbucks, a donde encuentre siempre pido un Refresher, Lemon Lime por excelencia.