Pequeño restaurante de especialidades piamonteses como agnolotti, gnocchi, risotti, bagna cauda y pasta al tartufo. Lo sabores son distintos y más pronunciados que los de la cocina italiana sureña que predominan en Panamá. Si bien hay una gran selección de ricos platos de entrada o principales, el bonet es el postre que hay que probar; es un untuoso y delicioso flan de amaretto y cacao.
Una muy buena oferta de cocina mexicana, mezcales y tequilas, que es distinta a lo que se suele encontrar en esta ciudad. Bueno 0ara compartir una comida o bien ir por unos tragos y picadas; tienen una excelente carta de cocktails y una buena selección de tequila y mezcal para degustar. Hay una gran variedad de tipos tortillas de maíz frescas y de ingredientes mexicanos difíciles de encontrar acá (como el huitlacoche, crema agria al estilo mexicano, carnitas, tuétano, pipián, etc.). Los postres no decepcionan.
Un lugar versátil y con buen ambiente que se presta para celebraciones, cenas de negocio, citas o tomarse unos tragos y picar.
La carta de vinos ofrece una variedad decente y una buena selección, tienen unos cuántos cócteles de casa y pueden preparar muchos de los clásicos por solicitud, pero lo mejor en bebidas es el carrito de gin que cuenta con una excelente selección de gins, mezcladores y aromáticos (frutales, cítricos, herbales, etc.).
La comida es internacional; algo de fusión y algo de ingredientes locales. Si bien hay muchos platos ricos, los sabores no son para nada delicados por lo que es mejor pedir para compartir ya que algunos sabores cansan o empalagan. Algunos de los platos que recomiendo son los dátiles rellenos de chistorra, el mousse de plátano y queso, los sliders de langostinos, los gnocchi de plátano y el pork belly.
El servicio es bueno, en comparación a otros lugares. Sin embargo, el personal no cuenta con un buen conocimiento de los vinos que ofrecen o de la elaboración de los platos.
Un laboratorio de la cocina neopanameña, enfocado en darle protagonismo a ingredientes del patio o reconstruir recetas panameñas de manera creativa. Las bebidas, o cócteles de la casa, también juegan con sabores e ingredientes locales en mezclas osadas, algunos con mejor resultado que otros. El ambiente es algo austero y estéril, excepto por esos pocos puestos en la barra del chef (vale la pena el precio adicional por esta experiencia). El servicio es bueno, pero quizás algo frío.
A Mangiare
Pequeño restaurante de especialidades piamonteses como agnolotti, gnocchi, risotti, bagna cauda y pasta al tartufo. Lo sabores son distintos y más pronunciados que los de la cocina italiana sureña que predominan en Panamá. Si bien hay una gran selección de ricos platos de entrada o principales, el bonet es el postre que hay que probar; es un untuoso y delicioso flan de amaretto y cacao.
Wahaka
Una muy buena oferta de cocina mexicana, mezcales y tequilas, que es distinta a lo que se suele encontrar en esta ciudad. Bueno 0ara compartir una comida o bien ir por unos tragos y picadas; tienen una excelente carta de cocktails y una buena selección de tequila y mezcal para degustar. Hay una gran variedad de tipos tortillas de maíz frescas y de ingredientes mexicanos difíciles de encontrar acá (como el huitlacoche, crema agria al estilo mexicano, carnitas, tuétano, pipián, etc.). Los postres no decepcionan.
Azahar
Un lugar versátil y con buen ambiente que se presta para celebraciones, cenas de negocio, citas o tomarse unos tragos y picar. La carta de vinos ofrece una variedad decente y una buena selección, tienen unos cuántos cócteles de casa y pueden preparar muchos de los clásicos por solicitud, pero lo mejor en bebidas es el carrito de gin que cuenta con una excelente selección de gins, mezcladores y aromáticos (frutales, cítricos, herbales, etc.). La comida es internacional; algo de fusión y algo de ingredientes locales. Si bien hay muchos platos ricos, los sabores no son para nada delicados por lo que es mejor pedir para compartir ya que algunos sabores cansan o empalagan. Algunos de los platos que recomiendo son los dátiles rellenos de chistorra, el mousse de plátano y queso, los sliders de langostinos, los gnocchi de plátano y el pork belly. El servicio es bueno, en comparación a otros lugares. Sin embargo, el personal no cuenta con un buen conocimiento de los vinos que ofrecen o de la elaboración de los platos.
Donde José
Un laboratorio de la cocina neopanameña, enfocado en darle protagonismo a ingredientes del patio o reconstruir recetas panameñas de manera creativa. Las bebidas, o cócteles de la casa, también juegan con sabores e ingredientes locales en mezclas osadas, algunos con mejor resultado que otros. El ambiente es algo austero y estéril, excepto por esos pocos puestos en la barra del chef (vale la pena el precio adicional por esta experiencia). El servicio es bueno, pero quizás algo frío.