Comida y servicio de primera. Es un restaurante japonés auténtico escondido en el centro de Panamá. Se nota el esfuerzo de cada detalle en los diferentes platos ofrecidos. Cada vez que visitamos probamos algo nuevo que inmediatamente se convierte en nuestro favorito. Lo mejor: ramen, gyoza y onigiri.

Muy mala experiencia. Hemos vistado el restaurante antes y ahora esta muy desmejorado. La atención pésima, la comida regular. Pedimos una hamburguesa y unos nachos. La hamburguesa demasiado cocida y los nachos incomibles, los hacen con queso amarillo derretido de paquete y parecía mas sopa que nachos. El mesero nos atendio muy amable pero olvido nuestras bebidas por tanto tiempo que habiamos terminado nuestra comida y no habian llegado. Al final tuve que ir a la caja a pagar ya que nadie estaba disponible para traer la cuenta (habia un juego de futbol en las teles y todos los trabajadores lo veian). En la caja la muchacha insistia que ambas de mis tarjetas de credito estaban siendo denegadas y fue muy grosera conmigo cuando intente ayudarla. No volveremos.