Excelente pasta y atención de primera. Denota atención personal de los detalles culinarios...Fettucine Bolognesa: buena presentación, buena ejecución traducida en agradable cerrito en espiral de pasta al dente con sabores balanceados entre ácido, dulce y cremoso en el paladar...salsa inclinada hacia lo extra-oleoso que puede mejorar...pero detalle insignificante ante lo que considero la mejor boloñesa de la ciudad.

He visitado Onza por segunda vez y en ambas ocasiones, la comida, el servicio y el ambiente son casi perfectos...casi. El restaurante tiene buena carta y los camareros están bien entrenados para recomendar platos y explicar el menú. Las carnes son la especialidad y recomiendo la entraña en jugo de limón a la parrilla. Tienen un Porterhouse también que vale la pena probar si eres amante de la carne y si tienes el bolsillo para darte ese lujo. Una vez terminas de comer...desapareces del mapa para los camareros...sino fuera así, sería perfecto.

Para mi no hubo sorpresas mágicas en Humo BBQ. No quiero decir que no es bueno, sino que para mi, tiene tanto potencial este restaurante, que es una pena que no sorprenda en su especialidad que son las carnes. Es una lástima que este restaurante se convierta simplemente en la mejor hamburguesería de Panamá...y sí...su hamburguesa es deliciosa, con sabores delicados que denotan atención cercana del Volveré en la preparación. (Recomiendo la que es una mezcla de carnes de primera). En un restaurante de carnes, la ejecución, aunque simple, es fundamental. Comí un Ribeye añejado en su sangre que estaba ligeramente sobre cocido, lo cual restó el delicioso sabor de la carne. Volveré a Humo sin dudarlo, pero comeré hamburguesa acompañada con una buena cerveza.

Que buena sorpresa me dio este restaurante. La cocina peruana tiene varios referentes en Panamá y sin duda Mar de Grau es uno de ellos. El menú es amplio y es simplemente delicias peruanas sin rodeos y sin pretensiones. Recomiendo entrada de anticuchos y ceviche frito, el filete relleno de camarones y la verdad quedé con ganas de pedir mas cosas. Definitivamente regresaré.

Don Lee es comida china rápida. Esta es una opción para comerer rápido, barato y cuando el sabor y la calidad no es lo que se anda buscando. El servicio a domicilio resuelve si tienes visitas en casa y no tienes nada que ofrecer.

El Lung Fung es el clásico restaurante familiar si se quiere comer comida china en Panamá. La calidad de la comida es regular, esto debido a que se cocina para muchas personas, sin embargo hay clásicos platos que por su buen sabor, salvan al restaurante: el pato en cualquiera de sus estilos, el pescado a la uva, y cualquier plato con la famosa salsa de frijoles negros. El desayuno dim sung se sirve desde temprano en la mañana y es definitivamente uno de los éxitos del restaurante.

Para ponerlo de la manera mas simple: la relación calidad-precio es muy desproporcionada. Es un lugar finamente decorado pero no hay ningún plato que sorprenda para lo que se cobra. Tiene mucho potencial este restaurante, pero la verdad me quedé con las ganas de que me gustara más. Creo que mi expectativa era muy alta y como dije: nada me sorprendió.

Después de recibir muchas recomendaciones decidí ir a cenar a la Vitrola. El proceso de reserva fue bastante sencillo, de hecho, reservamos media hora antes de llegar y fueron muy amable al darnos una mesa afuera del restaurante al darnos cuenta de que nuestra mesa adentro del restaurante nos daba mucho frío. Afuera una orquesta de música cubana, amenizaba el ambiente...bongó, flauta y congas dieron un ambiente bien tropical e informal. La informalidad del ambiente no debe ser confundida con la formalidad del trato de los camareros y anfitriones, cada plato va precedido de su explicación y las recomendaciones son siempre buenísimas si estás dispuesto a probar nuevos sabores. Pedimos de entrada, unos montados de cochinillo pibil y otro de langostinos (hamacas) que juntos nos dieron la mezcla perfecta entre la textura fresca y carnosa de los langostinos, y el sabor suavemente picante de la carne de cochinilla pibil con su acidez y temperatura perfecta. De plato fuerte, unos langostinos con un suflé de plátanos verdes que estaba tan bien ejecutado, la sorpresa del plato fue el suflé de plátano verde que estaba relleno de algo espectacular que no sé descifrar. (A lo mejor sale en el menú). Los langostinos bañados en una salsa blanca estuvieron muy deliciosos. Por otro lado el Ribeye ejecutado a la perfección , jugoso, en término medio perfecto y de calidad dejó su sabor en el paladar como debe ser: con ligeros toques de grasa vacuna que acentúan el sabor de la carne. Delicioso!!. El postre fue recomendación de la camarera: Profiteroles, presentados hermosamente y bañados en la mesa, frente a nosotros con un sirope de chocolate caliente que devoramos en cinco segundos con la sensación esa de frío caliente y dulzura que nos hizo sonrreir toda la distancia. Acompañamos todo con un Chardonay cuya ligereza y temperatura hizo mas agradable la comida y al final de todo un par de mojitos que cerraron una noche tropical inigualable. Felicidades a este restaurante. Tengo un nuevo

En Panamá la oferta para comer parrilla argentina es variada y Los Años Locos es una opción dentro de las tres mejores. El ambiente del restaurante es cómodo, con un área externa grande si la ocasión es menos formal. Si hace mucho calor o es algo más íntimo o familiar tienen un área interior acogedora y bonita. La atención es buena (como debe ser) pero sin ser excepcional. La comida es de buena calidad. Los cortes de carne son deliciosos y es la especialidad, no hay forma de equivocarse si se pide un corte de carne argentino, el que sea. El servicio de valet parking, personalmente no me gustó, aparte que me parece innecesario y hasta snob, considerando que el estacionamiento esta a menos de cinco metros de la entrada. Buen lugar para almorzar sin duda o para una cena familiar. Tip: Si la idea es parquear con amigos después del trabajo, tienen un bar separado que está muy bueno y te sirven lo del restaurante mientras disfrutas de un ambiente distendido y con buena música y tragos.

Habiendo sido un constante consumidor de shawarmas cuando fui estudiante en Barcelona, me emocioné mucho cuando vi este local hace unos meses. Fui al restaurante que tienen en Albrook y pedí un shawarma de carne para llevar. Lo primero es que la plancha donde terminan de cocer la carne estaba bastante sucia, como con una capa negra de grasa quemada. Segundo, la carne estaba siendo cocinada en dicha plancha nadando en un mar de grasa...me pareció raro, pero pensé que ese era el estilo. Tercero, la tortilla al cerrar el shawarma se rompió por un costado, pero igual me lo envolvieron así. Al llegar a casa, el efecto shawarma fue muy distinto al que llegué a acostumbrarme en Barcelona. La contextura del contenido de tortilla era un amasijo de carne excesivamente húmedo casi ahogado en agua y grasa, los vegetales y las salsas utilizadas tenían buen sabor y salvaron la engorrosa labor de comer una comida que se chorrea por todos lados por la cantidad de humedad de la carne.