Establecimiento de cocina de mercado, la carta varía cada semana según las materias primas disponibles y las ideas del chef. Teniendo esto en cuenta, en mi opinión no suelen fallar, es un lugar en el que sentarte, relajarte y confiar en las recomendaciones para poder disfrutar de platos inspirados en la gastronomía panameña, pero que van un paso más allá. En fines de semana o días de mucho ajetreo, el servicio puede ser algo más lento de lo deseable, pero nada desesperante.

Comida rápida, pero de calidad y bastante sabrosa. El lugar cumple con lo que se le exige, rapidez, cantidad y calidad. Además de algunos platos a la carta, lo normal es pedir platos de diferentes tamaños en los que se pueden combinar al gusto proteínas (pollo, carne o camarones) e hidratos (arroz, fideos o patatas). Muy recomendable el pollo al sésamo.

Impresionante, creo que ofrecen los mejores helados de la ciudad, con un nivel de cremosidad maravilloso. Especialmente el helado de pistacho es mi debilidad y extremadamente recomendable. También tienen buen café y algunos pasteles muy razonables, pero considero que quedan por detrás en nivel respecto a sus helados.

Lugar clásico de cocina española. Buenas croquetas, razonable la tortilla de patatas (excesivamente cuajada, para mi gusto, pero entiendo que es lo habitual en Panamá) y paella normal, mejor la de carne que la de marisco. Buen ambiente en general.

Magnífica experiencia, acudimos para una cena temprana y no había mucha gente en el local, aunque entiendo que a una hora pico si puede haber ruido, pero tanto la comida como el servicio fueron excelentes. Nos quedamos con ganas de probar las pizzas al horno de leña, pero tomamos carne y el nivel fue muy alto.

Muy agradable el lugar, calidad, buen precio y algo caótico, pero merece la pena la visita. Gran variedad de hamburguesas, veganas incluidas, y el perfecto acompañamiento de las anti fries, que son una delicia.

Con ganas de una buena hamburguesa, lo visitamos durante la Burger Week de este año, pidiendo la hamburguesa especial preparada para la ocasión y fue una gran experiencia. Todo un éxito, muy completa, sabor especial y el servicio en el local completamente satisfactorio, pese a que todas las mesas estaban ocupadas.

Buen lugar, pero no excepcional, el Tzatziki que fue la razón principal de la visita estuvo muy bien, pero en el resto de platos, no acabamos deslumbrados. Especialmente las pizzas griegas, que nos parecieron bastante normales (muy bueno el queso feta como topping, eso sí). Si tuviera que recomendar un plato adicional, sería el ladopsomo con pollo. El ambiente en el lugar es agradable, pero mejorable, un poco frío.

Impresionante descubrimiento, local abierto durante el periodo de pandemia, que en mi opinión pasa a ocupar el primer puesto entre los restaurantes japoneses de la ciudad. Probamos cuatro de sus platos, con un nivel muy alto, en general, incluido la Pizza de Sushi, pero el plato estrella, recomendado por la camarera y que fue un acierto absoluto fue el Camila Roll. Un plato sorprendente, con un sabor fuera de lo común y muy por encima de cualquier otro sushi que hubiéramos probado antes. Lugar para ir y repetir, especialmente antes de que se ponga de moda y sea complicado recibir un servicio tan atento.