Anoche fue la cuarta vez en visitar Especiak, y cada vez me gusta más. No tenían una mesa disponible en el área del bar, que fue lo solicitado en la reserva, pero me la armaron de inmediato. La comida, muy rica como siempre. A nosotros nos gustas pedir varias entradas y un par de platos fuertes y compartirlos entre todos - en esta ocasión éramos 5. El arroz con pato estaba a otro nivel, al igual que los chicharrones (ahí se llaman torreznos), las croquetas de pescado al curry, las almejas Espeziak y el No es ceviche. El servicio de Jorge, excepcional como siempre. Y el lugar estaba hasta la zapatilla en gente, incluyendo una boda civil en la terraza. Muy recomendado. Imperativo reservar.

Con ganas de conocerlo luego de recibir buenos comentarios de varias amistades. Fuimos un sábado a las 6:30 p.m. para tragos y picadera. Pedimos sentarnos en el bar que, definitivamente, en mi opinión, es bastante más acogedor que el restaurante en sí. El servicio sumamente atento –muchas gracias a Jorge– con una amplia selección de bebidas y cocteles. El de cava con frutas, delicioso, refrescante y altamente recomendado. El menú no es muy extenso pero tiene para todos los gustos. Eramos 4 y decidimos pedir todo para compartir, 3 entradas (más pan para recoger la salsita de las deliciosas almejas), 2 platos fuertes y un espectacular postre –la tarta vasca– que estuvo tan rica que pedimos una segunda. Definitivamente regresaré.

Había estado en este restaurante para almorzar y cenar y la comida había estado buena ambas veces. Pero hoy fuimos a desayunar y la comida estuvo excepcional; por lejos el mejor desayuno que he probado en un restaurante local. Los Eggs Benedict, las Tostadas Francesas y la Bureka, a otro nivel. El servicio puede mejorar; todo sale a destiempo. Se había acabado el café y hubo que esperar a que llegara. De seguro regresaré.

Tengo sentimientos encontrados sobre este restaurante. El servicio muy atento, la comida buena, mas no excepcional, el ambiente agradable con buena música, y los precios razonables. Además, tiene un enorme estacionamiento, que no es usual. Pero, por alguna razón, no me terminó de convencer. La mayoría de las mesas son para 4 personas, pero son muy pequeñas, y muy pegadas. Éramos 4, pero nos pusieron en una mesa de 6, porque nos dijeron que de otra manera no cabían las picadas. Creo que deben considerar reconfigurar la disposición de las mesas. Les daré otra oportunidad.

Sin duda, uno de los restaurantes más hermosos en Panamá. Tiene un muy amplio salón con una variedad de configuraciones de mesas, y una bellísima terraza. Dos grandes bares, uno adentro y el otro afuera. Excelente acústica…se ve que invirtieron mucho en eso. La comida, de influencia peruana / oriental, estuvo muy buena, aunque las porciones son pequeñas; hay que pedir bastante para quedar satisfecho. El servicio muy atento; siempre había alguien cerca pendiente de nuestras necesidades y éramos bastantes y un poco desordenados. Todo eso cuesta…el lugar es caro, pero todos salimos felices.

Primera vez en Filomena y me gustó mucho. Todo lo que pedimos –Carpaccio di manzo, Arancini, Gnocchi, Falsa Porchetta, Foccacia, Profiteroles de pistacho y los tragos– estuvo muy bueno / excelente. El servicio muy bueno también, aunque un poco confuso porque cada vez venía un mesero diferente. El lugar hermoso. Es muy muy grande, con una terraza espectacular que debe ser riquísima de noche. No es barato, pero vale la pena. Espero regresar.

Primera vez en Zielo, y definitivamente la última; no porque el restaurante sea malo, pero definitivamente no es mi estilo. Muy grande, con decoración extravagante, luz tenue, con un enorme bar y música muy alta - a veces buena, otras no tanto. El servicio muy atento; la comida buena, mas no excepcional. Extremadamente caro.

La comida que pedimos - arroz chaufa de mariscos y un ají de gallina - estuvo buena, pero hasta ahí, nada especial. El servicio bastante regularson, que no entiendo porqué cuando solo éramos dos mesas en todo el restaurante. La mesera que nos trajo la cuenta estaba en Bosnia y además con actitud displicente. Dudo regrese.

Fui por recomendación de una amiga a quien le respeto el gusto. La primera vez que traté de ir no pude entrar por lo lleno; debí haber hecho caso a la recomendación de reservar. El lugar es pequeño y con poquitísimo parking, pero ofrecen valet. Luego me enteré que también se puede estacionar en Tacos la Neta que queda casi al lado. La comida buena y el servicio también. De todo lo pedido, el Falafel levantino, y el postre, Ceremonia de cacao, fueron los que más gustaron. El lugar muy bonito, con mucha luz. Pero todas esas ventanas que permiten la entrada de tanta luz, hacen para muy mala acústica. Para mi gusto, muy escandaloso el lugar. Amigos perrunos son bienvenidos.

Tenía rato de no visitar Santa Rita y nunca había ido de noche. Éramos 5 y la pasamos riquísimo. En verdad que el restaurante se luce con la iluminación nocturna. La comida muy rica - compartimos varias entradas y platos fuertes. El servicio excepcional: muy atento, eficiente y entendido. Muy bien entrenados. La única queja era el aire acondicionado que nos pegaba encima y una lámpara cercana que parpadeaba cada tanto. Pero, en general, una muy agradable noche. Seguro regresaremos.