Despues de escuchar mucho del restaurante Tejas de Hotel Trump me decidi a visitarlo y sacar mis propias conclusiones. El ambiente me gusto, lleva el tema de la madera aun nivel elegante y tienen unas lamparas que mi esposa se queria llevar, realmente curiosas. La comida, siguiendo las recomendaciones de Manuel, ha sido lo mejor de lo que he probado en mariscos: risoto de camarones, pargo blanco apanado y el salmon mis favoritos. El servicio increible, mi esposa no podia leer bien el menu y el salonero le trajo unos lentes con su graduacion (wao!) y en otra mesa vi como le daban lapices de colores a unos niños que estaban inquietos... eso para mi si es servicio, y del mas alto nivel. Tambien me agrada ver que se esta creando la tendencia en los restaurantes de tener su propio sommelier como en este caso, no son muchos en Panama, pero al menos los hay. Espero que no cambie ese calor panameño que se siente al ir a tejas, al contrario, que nos sigan sorprendiendo. Recomiendo mucho este restaurante (aunque hay que ir con buen factor economico), yo por mi parte regresare.

Sali complacido en las recomendaciones a la hora de seleccionar los platos, el sabor en su justa medida, el servicio muy eficiente y el ambiente bastante diferente para el resto de restaurantes en panama... me gusto mucho y regresare.

Este restaurante es uno de los que nunca pensé en poner una reseña relevante en esta pagina pero dada la experiencia quiero destacar que subió un escalón para mi... al menos en servicio. Aunque la comida no ha cambiado significativamente, lo que me dejo aturdido es la entrega que tenia el salonero respecto a nuestras necesidades. Es triste y asta me da pena no recordar su nombre, pero con servicios como el que recibimos solo me queda pensar que puede existir luz aun en la mas profunda oscuridad.

Uno de los mejores restaurantes en los que he comido, fui con mi hermana a probar que tal estaba uno de los mejores y mas laureados restaurantes en especialidades de mariscos en Panamá y gracias a Dios no quede decepcionado. Desde la langosta hasta los camarones fue un deleite total, la atención fue aceptable y va de la mano con la comida y el ambiente. Cabe destacar que no lo recomiendo como un lugar para ir en familia y tal vez para ir en pareja tampoco... yo lo recomendaría mas para una cena de negocios: les aseguro que si llevan a sus clientes a este restaurante, el trato esta cerrado desde que empiecen a probar las entradas. Con gusto regresare.

El sabado sali a comer sushi a peticion de mis amistades (no es mi comida preferida) y fuimos a sake por recomendacion de un amigo. sinceramente lo unico que rescato 100% es el ambiente que me gusto mucho, ideal para la ocación. Ahora no puedo decir lo mismo de la comida y el servicio, el arros poco compacto y demaciado avinagrado fue la persepcion de los presentes y ademas es sorprendente que de tantas buenas criticas y comenterios que he escuchado, me viera en la necesidad de pedir las cosas 2 y hasta 3 veces... wao! Sinceramente iba con espectativas muy altas... pero no estoy seguro que regrese.

Comparto mi experiencia con ustedes de una de una noche para recordar. A razon de la invitacion de un amigo, mi esposa y yo fuimos a comer con 4 personas al restaurante Rausch del Hotel Esplendor. Con un ambiente agradable y minimalista a mi criterio, no se si fue la seleccion de panes de la casa o la "sopita" de hongos con aceite de trufa blanca de aperitivo, "las mollejas de ternera" de entrada, "el mero" de plato fuerte o "la textura de frutos rojos" de postre los (cuales demoran su tiempo cada uno, pero valen la pena cada minuto si el resultado es el experimentedo) llevan el significado de la palabras gusto y paladar a otro nivel (les recomiendo los platos)... cabe resaltar que el servicio fue muy atento a pesar que notamos que el restaurante estaba a su maxima capacidad (gracias a reservar con anticipación fue un privilegio comer esa noche), como curiosidad tambien notamos que la mayoria del personal era extrangero (colombia y chile), a excepcion de unos cuantos panameños que nos atendieron, como un salonero que no recuerdo el nombre pero quedé sorprendido de su trato y servicio excepcionales y al que le comenté que es triste que se busque personal "del exterior" para reponer unos de los principales problemas de los restaurantes: el servicio, (pero me agrado ver que un nacional defendia muy bien los colores), esto no opaca que desde el "host", el sommelier, los ayudantes, inclusive el encargado nos atendieron siempre con una sonrrisa y con un nivel de atencion del que pocos restaurantes gozan en nuestro pais. En Panamá a pesar de ser un pais de servicio, nos hace falta años luz para poder estar a la vanguardia en lo que a atencion al cliente se refiere. Hace tiempo que hacia falta un lugar como este... no les miento cuando les digo que quede gratamente complacido y con ganas de regresar (espero no sea una caracteristica de inaguracion y que se pierda con el tiempo)... SE LOS RECOMIENDO...