El ambiente es divino, súper lindo el restaurante que invita a correr a sentarte y pasarlo rico, aún así la terraza es muy sosa y caliente ya que los abanicos que mantienen solo sirven para llevarse cualquier papel en la mesa menos para dar fresco. A diferencia de la parte de adentro que es hermosa, la comida que pidió la mayoría es muy rica, mis amigos recomendaron el pulpo de entrada y los sushi, la ribs eyes es una buena porción pero no tenían ningún tipo de sabor, solo la salsa bbq que le colocaron encima.

El lugar es espectacular, la comida ni se diga aunque los tragos dejan mucho que desear, el ambiente fenómenal y la atención excelente. La única queja que pedimos que nos reservarán dentro para cenar y más tarde salir a la terraza, cuando llegó la hora de salir nos topamos que nos dieron el peor pero el peor lugar de la terraza al lado del elevador, con la bocina encima y una esquina funebre oscura, no duramos ni media hora.

Altas expectativas desinfladas inmediatamente, la app hace mención de un restaurante Gourmet no que es tipo kosher, algo que no sería mayor problema si vemos que el motivo de la visita es un cumpleaños y solo aceptar dulces que también sea kosher. (Publicidad engañosa) La comida es buena pero no mata, son amables al atender pero no ponen ninguna atención en lo que se les ha pedido, el ambiente aburrido. Lo que siempre criticó en los restaurante cuando en la mesa somos varios, no tienen el sentido común en dividir las cuentas, hacen todo juntos sabiendo que al pagar hasta ellos mismos se enredan.

La comida está muy bien, pero pedí una bruchetta que nunca llegó, y ni siquiera me dijeron que no me la iban a traer, el ambiente es Chevere.

Hermoso lugar con un estilo bohemio que enamora, un menú corto, simple y sencillo pero rico, el servicio amable solo que lo dañan cuando te indican que solo aceptan efectivo, pues complica la logística de tener que caminar un cajero o simplemente irse del lugar! Volvería sin dudarlo pero ya sé que debo traer efectivo!

Excelente lugar, no sabía que esperar cuando fuimos pero todo salió divino, algo caro pero lo vale, la comida es deliciosa, la atención no se queda atrás y el ambiente acompañado de un repertorio musical exquisito!

Uno de los peores lugares que he comido, y para ser más objetivos fui a cenar y después a desayunar y las 2 fueron malas experiencias, la decoración muy linda pero el lugar es chico, en la cena pedí un pollo a la plancha con una capa de queso y puré, el mismo estaba salado y el queso parecía de paquetería, lo único salvable el puré. El desayuno fue otro desastre, unos huevos más revueltos que sabrosos, unas tostadas que simplemente era un pan calentado y sin mantequilla, unas papas con muy mal aspecto y el chocolate que se esperaba fuera la sensación lo sirvieron frío. No basta con que la comida sea mala el servicio es pésimo!

Para mi uno de los mejores restaurantes asiáticos de la ciudad, es económico y eso no desmejora el sabor de sus platos, sus jugos naturales una delicia y sirven rápido. Buena atención y buen ambiente!

Una de cal y otra de arena, apenas entras te paran en la entrada de manera brusca si tienes reservación, tienen que ser más cordiales porque es chocante mínimo tú eres un bicho raro, el ambiente a pesar que el lugar es bonito está muy oscuro, se ve tétrico como una casa embrujada, la atención es buena. La comida a pesar que es un menú reducido estuvo deliciosa y bien presentada. A pesar de todo no volvería.

Llegamos con altas expectativas pero nos topamos con todo lo contrario, empezando por el ambiente que te sientes como sardina en lata, las mesas todas pegadas sin privacidad de lo que conversas, la comida llego fría pedimos un tepanyaki de lomito y unos rollos además que demoraron muchísimo en llegar y por ultimo el servicio no estuvo malo pero pudo ser muchísimo mejor!