- Comida: Las bolitas de langostinos estuvieron totalmente insípidas, absolutamente nada del otro mundo, pero al menos con las salsas sabían mejor. Los fideos al estilo cantonés estuvieron malos; insípidos. El pollo con miel, ajo y ajonjolí dejaron mucho que desear; la preparación fue tan literal con respecto al nombre que parecía que solamente abrieron un frasco de miel de abeja y se lo echaron completamente encima al pollo. Estuvo demasiado dulce y, por cierto, nos quedamos esperando el sabor a ajo; aparte, no encontramos ninguna otra especia interesante en el plato. Teníamos altas expectativas por los comentarios de la gente, pero nos fuimos muy decepcionadas por la comida. No lo recomendaríamos a nadie y no volveremos.
- Servicio: Los meseros estaban pendientes pero de manera muy inoportuna. Por ejemplo, estábamos comiendo las entradas, y a uno de nosotros nos empezaron a servir la comida a pesar de estar viendo que teníamos nuestras entradas en el plato, sin preguntar, sin pedir permiso ni nada. Luego, seguíamos comiendo y fueron a retirar uno de los platos que estaba lleno de comida, como si ya no quisiéramos más, sin preguntarnos, sin pedir permiso. ¿Por qué? Además, los meseros son super secos, nada que ver.
- Ambiente: Los únicos puntos a favor se los ganan porque el sitio está bonito, pero más nada.
No volvería ni se lo recomendaría a nadie. Hay muchos otros lugares en Panamá donde uno puede encontrar una comida asiática de mucha más calidad.