Matsuei guarda todo el misticismo el balance de la verdadera comida japonesa… un lugar con su propio ambiente acogedor para quien desea adentrarse en esa fascinante cultura culinaria, el Tempora, el oniguiri de Salmon ,el Katsudon son uno de tantos platillos que te harán hacer regresar y degustar mas de este menú tan variado, claro que si no eres tan audaz en cuanto a nuevos sabores pero te apasiona el sushi te recomiendo la barra de sushi donde mientras te los preparan puedes esperar tomando una cerveza de arroz o un trago de sake, un excelente lugar para una comida casual sin mucho formalismo con un buen ambiente, relax para una buena conversación o una reunión entre amigos. Lo único negativo de Matsuei son los estacionamientos no hay muchos y si te estaciones atrás de alguien pues ya sabes que al momento de que esa persona se vaya a retirar debes salir a mover tu carro, pero es una pequeña molestia para una gran comida.

Tengo una relación de amor y odio con Rinos Restaurante, es tan acogedor , ya sea que se decida comer dentro o en alguna de las terrazas, el servicio es excelente…la inconsistencia en la comida es la que a veces me hace odiarlo, una visita me puede dar la satisfacción de haber comido algo fuera de este mundo, en otras me causa la más grande de las decepciones. Pero como indique esta relación de amor y odio me hace seguir frecuentándolo como unos de mis favoritos, Para mi humilde opinión es de los poco restaurantes que se dicen expertos en comida Italiana ; que por lo menos sirve la pasta al dente…, si la variedad de salsas o nombres va acorde con la verdadera comida Italiana no lo sé, pero platos como los Ravioles en salsa de salmón, las almejas napolitanas y mi tan adorado Cartucho Fruto di Mare, no dejan que pierda el amor que siento por este lugar, el cual a cualquier hora se puede convertir en tu mejor opción o tu peor decisión, pero cualquiera que sea esta, la segunda no será tan mala para no regresar y darle esa oportunidad de otra visita.

Si decides comer fuera y resulta que no tienes ni la más remota idea de que comer, pues manolo caracol es el lugar ideal, uno de los conceptos pocos conocidos en Panamá, como es la cocina de autor, no existe menús pre escritos simplemente la inspiración y la sorpresa que nos pueda brindar el chef la noche que le visitemos.. Tampoco es para paladares de un solo gusto ya que en una visita puedes pasar por cortes de carnes conocidos o por algunos no tan cotidianos como unos medallones de carne de Venado en reducción de vino tinto... las que al probarlas no me dejaron sentir ningún remordimiento por Bambie, variedad de ensaladas, acompañamientos todos con una presentación previa del mesero describiendo que inspiración del chef se propone servirnos; una experiencia diferente a la acostumbrada de llegar, ver el menú y pasar por la entrada, plato fuerte y postre que nos llamara la atención o que en la anterior visita nos fuera de buen agrado. Los platos que desfilan por la mensa son aproximadamente 10 no menos pero si pueden ser mas, las porciones las justas para degustar cada platillo y sentirse satisfechos al terminar la velada. Tiene muy buena selección de vinos; en cuanto a los amantes de la Sangría debo admitir que no es la mejor pero tampoco la peor que he tomado. Sin duda la cocina de Manolo Caracol es como el Lienzo en blanco de un buen pintor nunca sabes cuál será su próxima inspiración pero sí que resultara ser una obra de arte.