Excelente y auténtica comida cubana, el rabo encendido simplemente perfecto. Las croquetas impecables. Los acompañantes muy bien y la atención esmerada.

Muy buena atencion y comida excelente. Crema de Zapallo bien casera, pizza "Donatela" muy buena y nos sorprendieron con la lasana de pesto a la crema con trozos de salmon, inmejorable. Un poco ruidoso (estaba lleno) con musica un poco alta.

Cometí el error de no pedir lo que todos los demás: pollo, y siguiendo la recomendación del mesero pedimos el plato combinado. La carne fría, el cerdo escaso y demasiado grado y el pollo excelente. Los acompañantes: yuca, arroz con choclo y puré rústico muy buenos. La atención agradable pero desordenada (creo agarre un cambio de turno).

Había visitado en 2 ocasiones (2016 y 2017) al tataki de Obarrio, bastante bueno. Ahora reservé por degusta con descuento del 35% en el de Clayton. Primero la subida de precios es notable, con el descuento quedó ligeramente por debajo de los precios anteriores. la comida fue regular, las croquetas de cangrejo malas y mínimas, el ceviche mixto regular (exceso de acidez) y roll Alaska correcto. El servicio muy atento, la decoración muy básica.

Muy buena cocina y Excelente Atención. La decoración un poco sencilla aunque cómodo. Los pimientos de piquillo rellenos de queso de cabra y las albóndigas de res y cerdo "polpetas" sencillamente platos perfectos. Fui con el reserva y descuento de Degusta y funcionó perfecto y se sintió en la cuenta.

Indudablemte como indican otros comentarios la decoracion es un poco extraña, bonita pero no acorde con el tipo de comida. Fuimos 4 a almorzar un domingo y probamos varios platos, todos muy buenos, eso si aunque dicen bajo en picante, son picantes... La chica que nos atendió muy conocedora del tipo de comida y nos guió muy bien en una carta bastante extensa.

Ya son 3 las veces que los visito (las necesarias para estar seguro), y creo que hacen las mejores pizzas de la ciudad. Las “fashion” (con nombres de diseñadores), las tradicionales, las de autor y aceptan las variantes que se deseen. Masa fina crocante perfecta, ingredientes de primera y balanceados, por supusto horno de leña y buena atención (me encanta la presencia de los dueños bien italianos), ambiente básico. Las pastas correctas, para el comensal que no desee pizza.

Fui con mi hija, de entrada calamares tempurizados muy correctamente hechos. Mi hija pidió un dragon roll impecable y de muy buen tamaño. Yo me fui por el mero a la parrilla, sobre cama de fideos y reducción de maracuya, simplemente perfecto. Buen ambiente, atencion bueno aunque algo desordenada.

Ya he ido en tres oportunidades y estoy convencido que a nivel de pizza dieron el siguiente paso: la reinventaron. Las versiones lido y papillon hay que probarlas, eso si con hambre o compartidas. En general todos los platos son generosos y las pastas son muy buenas. Los cortes de carne son caros y no veo a nadie pedirlos. El local es ruidoso e informal, el servicio atento pero desordenado.

Fui con muy altas expectativas pues conoci al Brujas de Cachiche de Lima hace casi 2 decadas y siempre en mis retornos lo considere excepcional. El ambiente esta bien sin ser impactante. La carta en cartulina de invitaciones fue un mal presagio. Un par de piscos correctamente elaborados me tranquilizaron. Guiado por el anfitrion ordenamos el pulpo al olivo, el cual evidentemente estaba preparado hace mucho, quizas del dia anterior... Yo segui con el Saltado mixto, el cual estaba bien escaso de mariscos, de buen sabor. Mi esposa pidio un chupe, en sus palabras el peor de su vida, camarones nada frescos y sazon deficiente, al final le recorde que esos platos se devuelven, porque sino no se enteran de lo malo. Un suspiro limeno al final medio salvo la velada. Servicio bastante bueno, aunque al final un abandono de unos 15 minutos un poco inexplicable pues el restaurant no estaba tan lleno. Siempre se deben dar segundas oportunidades, pensando que estan practicando (llevan par de meses abiertos, y aun no tienen maquina para cafe), pero con eso precios yo creo que no se la dare.