Queríamos ir hace rato pero es un poco difícil encontrar estacionamiento, es un lugar pequeño con aires hogareño. Comenzando nos regalaron unas bruschetas, luego pedimos una almejas al ajillo de entrada que estaban en su punto y muy frescos. La pasta, por lo que realmente vinimos, estaba muy rico, por lo menos a la amatriciana, con salsa de tomates frescos, y también pedimos a la bolognesa, solo que estaba un poco fuerte la salsa de carne molida. Puedo volver por mas pasta.

Podría decir que es una versión ecléctica de restaurante italiano. Pedimos de tomar unas sangrías que habíamos visto de otra mesa y nos apeteció, tuvimos el acierto de probarlo porque estaba simplemente bueno y refrescante y viene en una copa de muy buen tamaño. De entrada pedimos una pizza caprese que tenia una foto en el menú muy prometedor, pero cuando nos la trajeron no se parecía en nada, no obstante estaba a pedir de boca, todos los sabores del queso, la salsa, los tomates se confabulaban bien para darnos un gusto muy elevado. Para los platos fuerte pedimos un linguini fruto di mare que no estaba ni al dente, los mariscos estaban tristes y el sabor no combinaba a pesar de que era al olio, simplemente le falto. También. Pedimos el risotto nero, que es de tinta negra de calamar, viene con una salsa pomodoro por dentro en una cama de mariscos, rica pero no estaba cremoso como esperas un risotto, era como una versión liviana con falta de queso y mantequilla. Finalmente pedimos un flan que estaba bueno para finalizar la degustación. La atencion es muy buena y el ambiente es acogedor, uno se va satisfecho por esas dos partes. Recomendado y volvería pero por pizza!

Habíamos querido ir desde hace rato, ya que nos habían recomendado el lugar para una buena pizza, no esperamos algo espectacular pero si algo que lo diferenciara. El menú tiene casi 40 variedades de combinaciones, pedimos una de salami (te dan un ingrediente extra gratis en esta y otras dos opciones mas de pizza) a lo que le agregamos peperonni y una de rucula que venia con mozarella, jamón serrano y una montaña de rugula encima después que lo sacan de horno. Las pizzas se dejaban comer aunque estaba un poco quemadas (no creo que lo hagan en horno de leña como dicen) y con algo de exceso de aceite. También pedimos la lasaña de carne (tienen dos opciones, de carne y de salmón), vienen con huevo sancochado adentro, caliente por el gratinado pero adentro estaba frio todavía de la refri. Las porciones no tienen sentido, tienen 3 tamaños: chica de 10 pulg., mediana de 12 pulg. y grande de 16 pulgadas, alguien con conocimiento vago de geometria pediria dos pizzas chicas que cuesta casi lo mismo que una mediana, o tres chicas por una grande casi por el mismo valor. El lugar en muy ruidoso y no hay muchos estacionamientos disponibles.

Voy a ser mas elaborado en mi comentario esta vez, ya que a mi esposa me dijo que no fui muy critico y objetivo en mi primer comentario. Buscando un domingo para un brunch con amigos en un lugar no tradicional como los acostumbrados hoteles que ofrecen este tipo de menú dominical, encontramos saliendo del Casco Viejo un restaurante, que también es un hotel boutique, con ambiente agradable y comida muy buena. No es un buffet abierto, tienes la opción de escoger una entrada, un plato fuerte y un postre (solo había una opción ese día se un arroz con leche), incluye dos mimosas o jugos naturales y un café/te, todo por un fixed price de $29. De las opciones de entradas que eran como seis, queríamos probar todas ya que parecían muy apetecibles pero nos inclinamos por un corn bread con mermelada y queso (muy bueno, recién hecho, no estaba seco y la mezcla era espectacular para empezar la faena). Pero el ganador fueron unos plátanos maduros con queso brie y una salsa spicy que te dejaban con las ganas de seguir probando mas. Para el plato fuerte, unos pedimos un steak & egg (tiras de entraña con dos huevos sunny side up encima a lo caballo) con una guarnición de papas salteadas que estaban muy rico, otros pidieron las quesadillas que no llenaron las expectativas ya que se les había acabado el guacamole, y un burrito de cordero que venia con una ensalada bastante generosa, muy fresco y bueno. Habían otras opciones interesantes también pero que ya probaremos en otra ocasión. La atencion fue bastante buena , el lugar es un poco pequeño con unas 10 mess max. Pero tienen un jardín contiguo donde hay mesas y se sirven también pero que no utilizamos ya que el día estaba nublado con ganas de lluvia, un poco caluroso el ambiente, pero no molestaba tanto. Muy pintoresco con todo la decoracion acorde con el área, vale la pena repetir la experiencia.

Mi primer post, un sábado a las 9pm, un restaurante de comida peruana y no hay arroz!!! La comida se deja comer pero definitivamente no volvería!