Tardó mucho todo, desde la comida hasta la cuenta. El huevo con cebolla no tenía sal. Los pancakes estaban muy secos.

La comida nos tardó más de lo normal, nada tampoco para llegar a la desesperación, probablemente se debió a que al ser un grupo amplio los meseros pierden la concentración y terminan siendo inconsistentes en la atención. El area de patio es sumamente amena para reuniones de grupos grandes. La cerveza de la casa vale mucho la pena.

Excelente lugar para un almuerzo tranquilo, una tarde para un libro, llevar al perro para unos instantes de distracción y tranquilidad. El menú de brunchs es rico en opciones que van desde lo ligero a lo culposo, que termina no siendo tanto por la buena apariencia de los ingredientes usados.

No nos gustó que para comer ahí nos sirvieran en platos desechables, demerita mucho. Los huevos tenían buen sabor, pero tardaron demasiado (alrededor de 20 minutos).

Es una tienda de conveniencia con agradable decoración que cuenta con una selección variada de vinos y cervezas (que no se pueden tomar ahí) y un servicio de alimentos que valen la pena solo en caso de que el de al lado esté cerrado. La cafetería no es nada fuera de lo regular, no se ofrece nada muy elaborado, que por la cocina que tienen podría dar otra impresión. A veces lo que hay en menú no siempre está disponible. Sería muy bueno que se pudiera llegar y le tomaran a uno la orden en la mesa. Sería sensacional que se pudiera degustar una copa de vino en las mesas de la terraza.

El sabor y consistencia de las tortillas está muy bien cuidado. Las salsas son espectaculares y el menú bastante variado. Amo que haya elotes (maíz). El precio por la zona y el servicio en horarios nocturnos es razonable. A veces hay mujeres que aparentan estar coqueteando, pero que solo están haciendo promoción al bar que está en la terraza.

He de disculparme por la baja calificación ya que su comida y el servicio de la gente es impecable. Este establecimiento es tan tradicional que no ofrece servicio de internet, no se admiten mascotas en la terraza, no tiene servicio a domicilio y lo más increíble es que uno tiene que levantarse a la caja para poder pagar con tarjeta bancaria. No tengo problema con levantarme y pagar o llevar a mi perro, mi hambre y trabajo a otro café. Con lo que tengo problema es que, teniendo la posibilidad de crecer y ofrecer mejores posibilidades para sus excelentes empleados, los dueños se han conformado con lo que hasta ahora tienen, lo cual seguramente no será poco.

Cualquier combinación de pizza y cerveza artesanal me deja siempre queriendo más. Llevé a mi perro y la mesera muy amablemente le llevó agua. Aquí se encuentra la mejor ecuación precio/calidad de la ciudad de quien le guste apenas un poco la pizza y/o cerveza.