Para iniciar como restaurante, al llegar al local y ver guardias de seguridad y cintas para filas me pareció algo ridículo. Como sólo iba a cena de dos personas me pareció aún mas ridículo que al no tener reserva no había host si no que el seguridad decidia si daba el pase al local. Al final entramos y dimos la oportunidad. Nos dieron espacio en barra, pero sólo había una silla. Los cócteles estaban ok, nada impresionante. Luego pedimos las flautas de pato y un guacamole para iniciar. Las flautas estaban aguadas y el gucacamole no hay manera de hacerlo mal así que al menos en ese si les salio bien. Viendo la dinamica del mal trato, mal menú, tragos insípidos y un ambiente mixto entre super jovenes o super adultos, decidimos partir a otro lugar y cerrar la experiencia en este local. El ambiente era parecido a un quinceaños, gente muy joven y muy adulta. No estaba seguro si estaba en una rumba o cena. Al final se apagan las luces y comenzó el bailoteo mientras aun se daban platos de cena en los alrededores. No recomendado

Definitivo el lugar tiene una vibra y um look & feel muy bonito. En cuanto al menú lo sentí algo pequeño y habían pocas opciones con proteína animal. Almorcé los Pink Benedicts que estaban normales, los sabores no me hacían Match al paladar y el reemplazo del hollaindaise por la remolacha no ne impresionó. Luego probé el humus de pixbae que si estaba deli pero un poco salado. Por ultimo, servicio ok pero los vasos estaban mal lavados y tenían olores, pedí cambio y lo mismo. Al parecer no saven fregar. Es ma segunda decepción de un local de esta chef.

Partiendo del servicio, las chicas siempre fueron amables y muy atentas. En cuanto al menú pedimos el cedula 7 y el risotto de guandu que estaban fenomenal. También compartimos lls almojabanos con queso feta y bistec picado, super suaves, frescos y deliciosos. Mi único inconveniente con el local son los estacionamientos, son pocos pero si consigo, me encanta ir ahí.

El menú de bebidas es bastante rebuscado y explica poco los componentes de sus tragos insignia, tocó preguntar. Pedí una versión local del famoso Tom Collins con whisky y no impresionó. Al pedir laa comida decidimos pedir varias entradas para compartir. Me gustó la serie de camarones fritos, el tempura pero los patacones fueron algo cobardes. Para ponerlo como una entrada realmente tenia tamaño de un side y no daba para compartir. Por último el ambiente de demasiado ruidoso. Fuimos por cena y toda la noche el concepto fue "discoteca", la migración de un concepto a otro no pasó.

Visite el restaurante por casualidad, por el cual tuve que esperar por mesa, lo cual no es culpa del local. SIN EMBARGO, desde el momento que llegue la atención fue espléndida. Una preocupación por nuestra comodidad y me ajustaron en una mesa, mientras se abría una más grande, con constantes visitas de la host y gerente para confirmar que estuviésemos cómodos. Pedimos entradas: nota 100. Cuando llegó mi Vacío con Arroz de la Casa, nota: 1000. Y el servicio y amabilidad: nota:10000. Definitivo para haber llegado sorpresa la experiencia fue excelente y consideró este lugar mi nuevo favorito de Panamá.

Mi experiencia al llegar al local es que nadie te recibe y tú tienes que buscar tu propia mesa. Luego de ello la mesera parecía no conocer muy bien el listado del menu (pensaría que es nueva) por consiguiente algunos platos no los sabía y al igual tampoco como acompañaban. Al fin me decidí por unos Benedictos y vinieron un poco duros para mi gusto y tibios. El gusto de la comida estaba ok, no me llevé una impresión de deliciosura como muchas personas me habían comentado. El ambiente es acogedor y buen vibra. En resumen pues por como habían hablado del restaurante, fue algo decepcionante contra la expectativa que me crearon mis amigos, pero overall es un lugar normal pero que no estaría en mi lista de los cuales quisiera volver.

Platos creativos y deliciosos. Lo mas rico son los Monica nacho fries y el duro de raspao de rosas. Muy acogedor el local

Buena comida en promo all you can eat. Buen sazón, excelente atención. Vale la pena venir a tomarse los drinks y comer rico

Fui a celebrar mi cumpleaños. Un par de notas: 1. No reservan mesas para mas de 12 personas. 2. Solo separan hasta maximo 4 cuentas. Ubicar el lugar fue un poco difícil ya que parece una casa mas hasta que llegas a los amplios estacionamientos, pero no logre distinguir letrero. Entrando la decoracion es bien simple, pero agradable y sencilla. Hay un mix de ambientes, mesas de picnic afuera, mesas redondas adentro, área de terraza en la parte superior y mesas dentro de la casa con una decoracion super interesante. La atención fue bastante completa, los meseros siempre muy atentos, cordiales y educados. Al ser un grupo grande, es normal que la comida llegue un poco demorada, pero una vez pruebas, se te olvida la espera. Pedí unos Langostinos con Risotto de Guandu con Coco. QUE DELICIA. Langostinos limpios, sin cascara y de buen tamaño, como 5 en el plato y un risoto muy delicioso, con sabor panameño pero a la vez gourmet. La porción era pequeña gourmet pero valió la pena, Luego pedí postre, Torreja de Mango y Fresas, muy deliciosa, caramelizada por arriba y save por dentro. Muy recomendado el lugar y definitivamente volvería sin pensarlo.

Muy buena comida, las veces que he ido todo siempre muy fresco (a pesar de estar expuestos y no todo está climatizado para conservación). Como es tipo más self service, no hay mucho que decir sobre el servicio, más que las chicas que atienden son muy amables. Me gusta la variedad que ofrece el lugar. Lo único que tendría que decir en contra es que el lugar se ve muy aglomerado y el área de mesas es muy apretado que cuando lleno, se transforma en un lugar incomodo para comer ya que se siente un food court de multiplaza en sábado de quincena. Totalmente recomendado.