Ambiente muy amable, con música típica, cardápio bastante variado con platos fuertes regado a mucho aceite mediterráneo de cualidad. Fuimos con nuestra niña de meses, y nos quedamos en el mezanino, y lós atendentes fueron muy amables con la organización de el espacio para nosotros.

Restaurante con una ótima variedad de platos fuertes, orientales y también fusión. Ordené como entrada un tempurá, bastante generoso, y como principales un don buri yakitoridon, un temaki de salmón y pra partir sushi muerte lenta y sashimis mixtos. El sabor muy rico, los cortes del sashimi estaban bien espessos, pero nada grave. Cómo llegamos tarde desafortunadamente se acabo el salmón en sashimi, pero la sugerencia de otros pescados fue una oportunidad muy buena para conocernos la variedad.

Excelente visual del océano, comida con buena presentación. Pedimos entradas y pratos fuertes demorou un poco la llegada, pero sin problemas.