Hacía tiempo que no escribía un review de un restaurante. Hoy, después de que la semana pasada pidiera una ensalada griega con pollo y me quedara con mal sabor de boca (el pollo llevaba 15 refritos por lo menos), me decidí a probar de nuevo. Como era para llevar, repetí la orden 4-5 veces, ensalada griega, con pollo y sin cebolla. Al final cuando abro el paquete en la oficina me doy cuenta de que no hay pollo. Por un lado, después de ver de nuevo la cuenta, me alegré... 14 dólares por una ensalada de pepino tomate, aceituna y queso me parece un escándalo (es mi opinión). Como les dije por teléfono, es la última vez que paso por el local que, por cierto, si le pusieran aire acondicionado de verdad y lo limpiaran un poco, tampoco pasaría nada.

Tres días en Panamá no dan para mucho por la variedad de islas y lugares exóticos para descubrir. Uno de ellos, sin duda alguna, es el restaurante del madrileño Andrés Madrigal. Cocinero español que decidió abrir este restaurante en el corazón de Casco Viejo. Una carta no muy extensa, pero sorprendente y para todas las edades y gustos. Estuvimos almorzando el jueves tres compañeros y yo y nos declinamos por la sugerencia del camarero. Nuestra versión de ensaladilla rusa de langosta y batata,ravioli de ropa vieja en salsa de maíz ahumada y carimañolas para compartir. Los segundos: pescado del día con tempura, yuca y salsa de adobo. Rabo de res guisado a la cordobesa ( buenísimo) Pollo de patio relleno de foie gran y piñones. Los postres al centro , pero ese Valle de Antón fue increíble. Precio razonable, pero no para todos los días. Buen café y carta de vinos para todos los bolsillos

Aunque conozco bien el restaurante, hacia tiempo que no probaba los rollos y la verdad es que fue un reencuentro interesante. Flambeaodos, con cancrejo o con ingredientes mas habituales estaban bien ricos. El servicio esta vez (creo que es la primera...) no demoro demasiado y el ambiente es lo que es, normalito y, al ser a mediodía, lleno de gente que trabaja en Torre de las Americas.

Pedimos una entrada variada con croquetas, arañitas, pulpo y calamar pero parecía que llevaban hechas una semana. Estaba todo seco, refrito etc... no estaba a la altura de lo que se supone que debe estar un restaurante como este. Luego pedí un lenguado a la plancha que desde luego no era lenguado, era fletan y totalmente insípido. Vamos, no tiene nombre. En definitiva, restaurante sobrevalorado, caro, en esta ocasión con servicio aceptable y con un ambiente que da pereza. Sirve para ver y dejarse ver.

Agradable sorpresa. La tarta de langostinos con cebollas caramelizadas esta deliciosa. Para mi gusto un punto salada. El contraste del dulce de la cebolla y el salado del langostinos y el crujiente de galleta hace un buen conjunto, sobre todo cuando se adereza con el pesto que trae el plato. El salmón con emulsión de champan también es una buena opción. Aunque se le paso el punto de cocción (que difícil es que te pongan un punto medio de verdad) estaba sabroso. El acompañamiento de vegetales al dente, una buena sorpresa al igual que el soufle. Pedí de beber una Limonada (?) de coco que bien merece la pena. La atención muy profesional. El ambiente interesante. Eso si, cuidado que se sube la cuenta.

Creo que es uno de los restaurantes mas sofisticados de Panamá. El Tartar de remolacha y manzana con la espuma fría de mostaza es de lo mejor que he probado últimamente. El foie grass, muy rico, al igual que las esplendidas croquetas de calamares. En cuanto a pescados, el mero me pareció el plato mas simple, simplemente correcto. En cambio, el lechon estaba bueno. Lo que no se puede pasar por alto es el postre. El homenaje al Valle es simplemente espectacularidad, por concepto, presentación y sabor. Se trata de un cheese cake deconstruido que recomendaría si o si. La atención es buena y el lugar y su ambiente también. Ademas, tuvimos la suerte de conocer a Chef, Andres Madrigal, que en todo momento se mostró amable y preocupado de que la experiencia fuera buena.

Sin lugar a dudas, los ceviches de Segundo Muelle son uno de los mejores ceviches de Panamá. El punto de aliño y el tamaño de las piezas hace que se puedan degustar mucho mejor que en otros lugares. En esta ocasión, además, pedí un tacu tacu oriental. Aunque estaba rico, es el típico plato que después de comértelo piensas que vas a estallar, quizá pelín pesado para mi estómago.

La Posta sigue siendo uno de mis restaurantes favoritos a pesar de la poca renovación de la carta. Como entrantes pedimos los Mariscos en Hamaca, que siempre es un acierto y el Queso al Horno, que tampoco suele fallar. Sin embargo, esta vez pedí la trucha y, aunque de saber no estaba mal, tampoco la recomendaría. La trucha es pequeña, con poca carne y al pasarse el punto la piel no había quien la quitara. También encontré excesivo el "lecho" de rúcula, aunque bien aliñado, al igual que la salsa romescu que lo acompañaba.

Pedimos de entrada un carpaccio de salmón que estaba muy bueno, bien condimentado. Como plato fuerte pedi una entraña que simplemente estaba pasable. Un poco chiclosa, la carne parecía recién descongelada, vamos pecado mortal en un sitio así. Sin embargo, lo peor de la experiencia fue cuando traen el plato con la mantequilla y una de las tarrinas no solo esta abierta sino que le falta la mitad del contenido con evidentes huellas del paso de un cuchillo. Inaceptable desde cualquier punto de vista. La atención mediocre, con camareros que no siempre están atentos y funcionan como robots sin prestar la suficiente atención.

Sitio muy agradable. Pedimos el tartar de salmón que estaba exquisito. También pedimos el mero, suave, acompañado de unos vegetales al dente bien ricos y con una salsa se sidra tan ligera como rica. El plato estrella fueron los raviolis. Cremosos, con el relleno de setas trufadas en su punto y contundente de sabor. Cerramos con un fondant de chocolate también muy bueno. Iba acompañado de helado de rom con miel que a mi, particularmente, no me dijo nada especial.... Como aperitivo por parte de la casa pusieron un "gazpacho con parmedano" que resulto ser una crema de zuccini que estaba buena, pero de Gazpacho, evidentemente , no tiene nada. En con conclusión, buen ambiente, buen servicio (atento y rápido) y mejor comida.