Impecable de principio a fin. El servicio es muy bueno, la carta de vinos excelente y la comida sin igual. Recomiendo los chicharrones de cordero, los huevos estrellados, el shortrib con risotto de parmesano y la pesca del día en salsa de curry rojo y coco.

Fuimos un grupo de 10 a almorzar, para celebrar el cumpleaños de un amigo. Pedimos varias cosas para compartir y todo lo que probamos estaba bueno, pero sobresalieron el Arroz Thai y el pollo al curry. Fueron bastante amables, ofreciéndome opciones gluten free y adaptando los platos que fuera necesario para que yo probara de todo. Sin embargo, se demoraron HORAS en traernos la comida. Incluso habíamos pedido más cosas pero las cancelamos por lo tanto que se demoraron. Al final, todos quedamos con hambre. Me parece que la relación costo/beneficio no es la mejor ya que, si bien es cierto la "dinámica del restaurante" es que todo se pida para compartir y son porciones de entrada, el precio es de plato fuerte. Y encima, nos cobraron $20 por el "descorche" del cake de cumpleaños.

Para empezar, hay que pedir un Spritz. De entrada los hongos salteados, el aguacate con langostinos y la provoleta son de los más destacados. Cuentan con pasta gluten free y no hay mejor acompañante que el ragú bolognese. De postre ES OBLIGACIÓN pedir el parfait de chocolate blanco y fresas. Definitivamente es el cierre con broche de oro para una delicosa cena. Tienen una muy buena selección de vinos y la atención es impecable. Por eso es uno de mis lugares favoritos.

Es uno de los pocos lugares que ofrece pasta gluten free y el único en ofrecer spaghetti (y hechos perfectamente al dente). Los pedí con la salsa bolognesa, la cual estaba bien, pero nada fuera de este mundo. Lo que se roba el show (y lo que me ha hecho volver) es la atención del dueño, muy amable y siempre pendiente de que los comensales estemos disfrutando la experiencia.

El ambiente es otra cosa. Te sientes como en un pub en otro país. Me encantó la decoración— sencilla pero acogedora. En el menú indican que tienen opciones libres de gluten y no decepcionan. De entrada pedí los Kim Jong Wings, unas alitas de pollo estilo coreano. Tienen su un toquecito de picante, pero sin ser demasiado fuerte. De plato fuerte pedí el atún con la ensalada de garbanzos + quinoa roja (le quitaron la reducción de mosto por que tiene gluten). Estaba cocido en su punto y tenía muy buen sabor. El chico que nos atendió tenía muy buena disposición en acomodar mis necesidad alimenticias y aunque el lugar estaba lleno, siempre estuvo atento a nuestra mesa.

El sábado fui con unos amigos a almorzar para probar, ya que había escuchado muy buenos comentarios. El lugar está hermoso. Me encanta que tiene varios espacios con diferentes ambientes, todos llenos de color. La atención muy buena. El chico que nos estaba atendiendo estuvo siempre pendiente e incluso la chef Elena Hernández pasó por nuestra mesa para ver que todo estuviera en orden. Le comenté que soy celiaca y me contó que tenía unas muestras de pan gluten free que le habían llevado ese día. Le comenté que me había quedado con las ganas de probar la famosa tostada de burrata (que mis amigos pidieron y no pararon de hablar de ella) y me dijo que con gusto me la prepara en el pan gluten free... ¡así que volví al día siguiente para probarla! El sábado pedí el curry de pollo para almorzar. Estaba rico, pero la porción un poco pequeña. Como me quedé con hambre, pedí el crème brûlée, que estaba delicioso. El domingo para el brunch pedí la tan esperada tostada de burrata y... valió la pena la espera. No hay palabras para lo deliciosa que está. La mezcla de sabores es perfecta. Además, pedí los eggs benedict con salmón ahumado (sin pan), que también estaban ricos... aunque para la próxima pido el steak and eggs, que fue el favorito de la mesa. Mi nuevo lugar favorito para el brunch dominical. :)

TODO sobre este lugar me encantó. La atención, desde que entras por la puerta, es superior. Llegamos media hora antes de la hora de nuestra reserva y nos sentaron sin problema. Le comenté a la chica que nos estaba atendiendo que soy celiaca y le pregunté si había opciones para mí y enseguida me indicó qué cosas en el menú eran libres de gluten y cuáles se podían adaptar para mí. Nos recomendaron pedir platos para compartir y eso hicimos. De entrada pedimos el Spicy Yellowtail Maki con wasabi, cebollina, aguacate y jalapeño rebanado, que estaba muy bueno y con buen nivel de picante para los que no lo toleramos mucho. Puntos extra por traerme salsa tamari para el sushi. De plato fuerte pedimos full de la Robata: el coliflor con feta y tofu —que está de muerte lenta— y los pinchos de pollo (para mí sin salsa), Wagyu beef y langostinos. De postre pedí la única opción sin gluten: el mousse de chocolate. Me lo trajeron con sorbeto de piña ya que el helado de café tiene gluten (no sé por qué), pero la verdad es que no le hace falta. 10/10.

Siempre que voy a Gelato & Co, se me alegra el día— no solo por los deliciosos helados, pero por la buena atención. Desde que entras te reciben con una sonrisa y hacen que tu experiencia ahí se agradable. Los sorbetos de guineo y pipa están deliciosos. Tienen opciones sin gluten, lo que me parece genial. El dulce de chocolate sin gluten está rico.

Es una experiencia gastronómica. Hay que ir por el menú de degustación y, si puedes, en la mesa del chef. La atención es muy buena; me hicieron versiones sin gluten para los platos que lo requerían, así que pude disfrutar de todo.

Para empezar, el lugar está hermoso y el ambiente es súper acogedor. El servicio estuvo muy bueno; el chico que nos atendió siempre estuvo pendiente de nosotros y fue muy amable. El arroz cremoso con pato y la panna cotta son un must.