Ha sido la peor experiencia en un restaurante que he tenido en todo el mundo. El mesero que para poner agua en el vaso lo toma con las manos en el borde en donde uno después uno pone su boca para beber. Le dijo que me cambiara el vaso por este motivo y se ofende y al tomar el pedido de la mesa (8 personas), sirve a todos en la mesa y no trae mi plato, que era una pizza como otras cuatro de la mesa. Llamo al responsable de la sala para explicarle el problema y no sabe que hacer. El señor no tiene idea de cuál es su trabajo. Cuando finalmente llegó mi pizza , les dije qué ya no la quería y pedí una parmigiana. El mesero me dice que no la hay y que la van a traer (no se sabe de donde?). Al final no comi nada , y estuve acompañando a mis amigos en la cena tomando agua. El lugar quiere darse un aire de restaurante italiano refinado, pero está muy lejos de serlo, y se lo dijo de italiano. Quiero aclarar que he trabajado años en un hotel en Firenze, y los clientes que teniamos eran del calibre de la Carolina de Monaco, Pavarotti, Paul McCartney, Madonna y otros. Así que sé un poquito de como se maneja un restaurante.

Ambiente tranquilo, buena atención. Lo unico que me sorprendió , es que siendo un restaurante de comida peruana, las opciones de carnes eran todas de USA, ningun plato tipico de Perù.

Pedí una Moussaka, y estaba de verdad muy buena, así como la sopa de lentejas de mi esposa. Muy bueno el servicio, y sobre todo es comida griega de verdad.