Me gusta este lugar para desayunar, sus hojaldres son muy buenas. Lastimosamente pedí hígado y me dieron bistec de res, una tristeza porque justo voy ahí a comer hígado encebollado con hojaldres. El servicio no es bueno, son demorados a pesar de estar vacío, nos tomaron el pedido, luego de tener ahí unos 15 o 20 minutos.

Una muy mala experiencia )= Los visité en Obarrio creyendo que eran los mismo del Mercado de Mariscos pero obviamente no es así. Pésimo servicio, la comida malísima (una “corvinata” que definitivamente no lo era). Lo único que rescato es el lugar, es agradable, es una zona de comidas que comparten con otros restaurantes. Ni obligada iría de nuevo.

Muy buena atención. Recomendado para hacer una pequeña pausa en tu recorrido de Casco Viejo, mientras tomas algo frío y pruebas su buena comida.

La atención muy buena, la comida deliciosa. El ambiente se presta tanto para una cita de pareja como para ir con amigos a ver deportes. Tiene la ventaja de estar en Multiplaza, donde puedes hacer todas tus compras y comer delicioso.

Buen ambiente de fiesta. La atención buena aunque al final hubo errores en la cuenta. La comida bastante simple, a pesar de que utilizan muchos ingredientes los sabores no se sienten. El jugo de maracuyá muy bueno, las margaritas muy buenas también.

Buena comida, se nota la frescura de los ingredientes. Personal muy atento. La decoración del lugar muy cálida. Lo único que no me gustó fue el ruido, no creo que sea culpa del restaurante que querramos gritar en vez de hablar.

Siempre es agradable visitarlos. Comida sabrosa y fresca, un equipo de atención muy dispuesto a servir . Un lugar pequeño y cálido.

Bonito lugar, lleno de televisores, ideal para ver deportes. Me encanta como decoran con jardines verticales. Comida muy rica, aunque para mí lo mejor son los jugos.

Un hermoso restaurante con excelente atención. Nos encantó poder mirar desde nuestra mesa las creaciones del chef, es una gran idea que cuenten con una cocina abierta.

Comida fresca y sabrosa con atención de primera. Cuenta con una terraza llena de vida para disfrutar de biena música (aunque hay que ignorar a los pitadores compulsivos que están desesperados en el semáforo atrás).