Inenarrable ha sido la cena en el Restaurante Madrigal dirigido por el Chef Andrés Madrigal, cocinero creativo que busca, valido de su maestría y habilidad, dejar su sello personal en lo que hace y sin duda alguna lo ha conseguido. A nuestra llegada, estaba allí para saludarnos personalmente, como saludó a todos los que esa noche maravillosa de septiembre fuimos a degustar de sus preciadas creaciones. Como dice el maestro en su menú, “Todo tiene un comienzo” inicié mi experiencia con unas Papas revolcadas con pulpo y mojo caribeño, seguidamente, “De la maravillosa Mar y Océanos”, deguste el Lomo de Atún del pacífico marinado, sellado con vegetales y flores de Dioselina, para cerrar con lo “…más dulce, pero menos que un beso” Homenaje al Valle de Antón: Tarta inversa de queso con helado de fresa. Un momento de absoluto placer se apoderó de mí y de quienes me acompañaban al observar y degustar cada uno de sus platos, como quien contempla maravillosas obras de arte. Al finalizar la cena, las palabras sobraban, bastaba con mirar la sonrisa en nuestros labios, en ese momento recordé una frase de Brillant-Savarin “El descubrimiento de un nuevo plato es de más provecho para la humanidad que el descubrimiento de una estrella”. Si tienes los sentidos abiertos y eres amante de la cocina de autor, no dejes escapar la oportunidad de vivir este placer terrenal y casi divino que ofrece el Restaurante Madrigal. Gracias a todos por su energía, pasión, conocimiento, saber hacer y esmero. Apasionados de la buena cocina, Madrigal es el Topus Uranus Gastronómico, un lugar celestial enclavado en el casco antiguo de la hermosa y vibrante Ciudad de Panamá. ¡Hasta pronto maestro!