Cuando ví el menú pensé que iba a comer más o menos similar a como he comido en otros restaurantes de carnes. Pero quedé gratamente sorprendida, los medallones de filete que ordené estaban espectaculares, los pediría de nuevo si vuelvo. Muy suaves y gustosos. Los acompañé con la milhojas de papa que igualmente estaba muy buena. No puedo decir lo mismo de la ensalada mediterránea, demasiado avinagrada. De postre ordené el trío de chocolate, no tenía mal sabor pero me pareció un poco gelatinoso. En general fué una buena experiencia.

Esperaba más de la comida. Ordené un filete a la bernesa, la carne estaba dura, y no me impresionó el sabor ni la presentación. Las entradas estuvieron ok, los calamares fritos estaban crocantes y en las crab cakes me hubiese gustado saborear más el cangrejo. Sólo volvería por el pan de la casa y por el bread pudding, ambos deliciosos.

A pesar que la comida no estuvo mal, me pareció demasiado caro para lo que resultó ser. Me gustó el detalle del pan de la casa, lo traen caliente y con tres alternativas diferentes a la tradicional mantequilla (crema de ajo, tapenade y picadillo de calabacin). De plato fuerte ordené el skirt steak (tiras de skirt a la parrilla al estilo thai) el cual me decepcionó un poco porque no tenía mucho de thai. Sin embargo la carne estaba suave y gustosa, aunque no para pagar 38 dolares por ella! De postre ordené el mousse de chocolate. No tenía textura de mousse, fué mas un semifreddo que un verdadero mousse, y bastante desabrido para los amantes del chocolate, como yo. El servicio, terrible, creo que contribuyó que fuí un domingo a las 2 de la tarde y ya se veían las ganas de cerrar, de hecho, nuestro mesero (que comenzó muy bien) se retiró y dejó nuestra mesa a cargo de nadie!