Una experiencia agridulce
Recientemente visitamos el restaurante ya que prometía una experiencia culinaria interesante, pero que no cumplió del todo con mis expectativas. Empezamos con unos nachos que, aunque combinaban bien el pollo y la salsa, la elección de tubérculos diversos no resultó exitosa. Además, el plato hondo dificultaba compartir y degustar cómodamente.
Decidimos pedir la hamburguesa, recomendada por su popularidad, pero nos informaron que no estaba disponible, lo que fue bastante decepcionante. Sin embargo, el trago de Virgo, con vodka y limón, fue un acierto refrescante y un punto destacado de la visita.
El servicio dejó mucho que desear; nuestro mesero no conocía bien el menú y confundió los ingredientes de los nachos, lo que dificultó nuestra elección. Aunque el lugar es acogedor y bien decorado, tuvimos que ir a otro sitio a cenar debido a que la comida no cumplió con nuestras expectativas.
En resumen, el restaurante tiene potencial, pero necesita mejorar en calidad de platillos y capacitación del personal. La relación calidad-precio no fue la mejor, y espero que puedan hacer ajustes en futuras visitas.
Momo: Un comienzo prometedor con un final frío.
Momo, a pesar de su acogedor tamaño, dejó una impresión agridulce. El proceso de pedido en caja, aunque ágil, no logró disipar las altas expectativas que tenía puestas en este lugar.
La demora en servir el desayuno, lamentablemente, se hizo evidente al llegar a la mesa frío. Los huevos benedictinos, a pesar de una consistencia excepcional y una salsa holandesa con un picante sutilmente contrastante, resultaron difíciles de disfrutar debido a la baja temperatura del muffin y la salsa. Esta desafortunada circunstancia empañó considerablemente la experiencia culinaria.
No obstante, el café, con sus notas a chocolate, se destacó como un punto a favor.
En conclusión, Momo presenta un concepto interesante, pero la ejecución en esta ocasión dejó mucho que desear. La calidad de los ingredientes es evidente, pero la falta de atención a los detalles básicos como la temperatura de los platos, resta valor a la propuesta.
"Ciboulette: Una Experiencia Gastronómica Reveladora.
El encanto de Ciboulette reside en su discreta elegancia, un espacio íntimo que invita a una conexión profunda con cada bocado. La velada comienza con una amigable cortesía: una tostada reimaginada con un hummus de sabores complejos que exigen ser degustados en un solo bocado, una invitación a explorar la armonía de los ingredientes.
Los langostinos a la parrilla, bañados en una delicada emulsión de mantequilla y un sutil toque de sal, constituyen un aperitivo impecable. Su cocción precisa prepara el paladar para la intensidad del plato principal. En mi caso, el risotto y entraña resultaron una combinación sublime. La carne, cocinada a la perfección, se funde en la boca gracias a un demi-glace exquisito, mientras el risotto cremoso aporta una textura contrastante y reconfortante.
El tiramisú de Baileys, un postre audaz y sorprendente, cierra la experiencia con una explosión de sabores en cada bocado. Su originalidad es digna de elogio, demostrando la creatividad del chef.
Ciboulette es, sin duda, una joya gastronómica. Cada plato es una obra de arte culinaria que invita a la reflexión y al disfrute. La atención al detalle es evidente en cada bocado, desde la selección de ingredientes hasta la presentación. El servicio, impecable y acogedor, completa una experiencia memorable.
Más allá de la calidad de la comida, Ciboulette ofrece una atmósfera que invita a la conversación y al disfrute de la compañía. Es un lugar donde la gastronomía se convierte en un arte y donde cada visita es una ocasión especial.
En resumen, Ciboulette es un restaurante que merece ser reconocido por su excelencia culinaria y su servicio excepcional. Una experiencia gastronómica que trasciende lo ordinario y que dejará una huella imborrable en el paladar de los comensales más exigentes."
Un lugar que nunca falla, si te gustan los PUB, este lugar es para ti, un pedacito de Escocia en Panamá, full recomendado la hamburguesa clásica, acompañado con una fula y qué decir de la atención de Michael la cual se destaca, siempre con una excelente actitud, te hace sentir bienvenido y atento a los detalles, con una invitación de querer regresar
De entrada pedimos unos camarones fritos tipo asiáticos con semillas de sésamo, el toque agridulce que acompañaba su textura hicieron una buena combinación, de plato fuerte pedí unos camarones con una salsa gratinada acompañados de patacones, los cuales estaban perfectamente cocinados, solo que eran contados. También probamos la bandeja panameña, esta debo decir que estaba un poco simple y lo que abundaba era el arroz. En cuanto a la decoración debo decir que tiene mucha creatividad y pese a estar en el mall el espacio te hace sentir como si estuvieras en un lugar muchísimo más ameno!
Empezamos por la comida, vine a desayunar y pedí los benedictos, con una pequeña variación por huevos revueltos, punto para la mesera, por responder que preguntaría a la cocina si podrían hacer la variación. Los huevos revueltos estuvieron en su punto, el muffing tenía la textura perfecta, ni muy duros, ni muy suaves y la mezcla de sabores estuvo genial. Para acompañar un ice latte, el sabor a café pronunciado, pero manteniendo el balance con la leche. Buena musica de fondo, con un tono moderado que permite mantener una conversación o simplemente disfrutar de ella. En cuanto a la atención, los chicos súper amables y en todo momento pendiente de lo que puedas necesitar. Definitivamente un lugar al que regresaría.
Tenía mucho tiempo de no venir y realmente para mi sorpresa ha bajado mucho la calidad, la comida demoró más de una hora tomando en consideración que el restaurante no estaba tan lleno, pedí unas enchiladas divorciadas y me tocó dejar la mitad del plato, lo que sigue manteniendo la calidad son las margaritas de maracuya, así que si quieres una buena margarita es tu lugar, sin embargo en cuanto a las enchiladas deja mucho que desear.
Un concepto diferente, en el cual cocinas tu propia comida, lo mejor es que puedes escoger tus propios ingredientes, si te gusta el picante, dulce o la combinación de ambos, también puedes escoger entre arroz o pasta, así como la proteína que deseas incorporar.
Los tacos están muy ricos, al igual que los nachos premiun donde puedes pedir dos proteínas, la mangolada muy recomendada, se siente bastante el sabor a mango y es bien refrescante. El lugar no es muy grande pero acogedor.
Empecemos por el ambiente, el cual es muy agradable, el lugar perfectamente decorado con diferentes estilos tanto en la terraza como en el interior y ni hablar de los baños, cuidaron cada detalle. Comida pedí una pasta de langostinos con calamares, como no como calamares, me permitieron removerlos, la pasta estuvo muy bien y con una salsa que combinaba bien, eso sí las porciones son pequeñas, esto para tomar en cuenta. El servicio fue excelente, los meseros son muy atentos. Es un excelente lugar para ocasiones especiales
Astro Lounge
Una experiencia agridulce Recientemente visitamos el restaurante ya que prometía una experiencia culinaria interesante, pero que no cumplió del todo con mis expectativas. Empezamos con unos nachos que, aunque combinaban bien el pollo y la salsa, la elección de tubérculos diversos no resultó exitosa. Además, el plato hondo dificultaba compartir y degustar cómodamente. Decidimos pedir la hamburguesa, recomendada por su popularidad, pero nos informaron que no estaba disponible, lo que fue bastante decepcionante. Sin embargo, el trago de Virgo, con vodka y limón, fue un acierto refrescante y un punto destacado de la visita. El servicio dejó mucho que desear; nuestro mesero no conocía bien el menú y confundió los ingredientes de los nachos, lo que dificultó nuestra elección. Aunque el lugar es acogedor y bien decorado, tuvimos que ir a otro sitio a cenar debido a que la comida no cumplió con nuestras expectativas. En resumen, el restaurante tiene potencial, pero necesita mejorar en calidad de platillos y capacitación del personal. La relación calidad-precio no fue la mejor, y espero que puedan hacer ajustes en futuras visitas.
Momo Coffee Shop
Momo: Un comienzo prometedor con un final frío. Momo, a pesar de su acogedor tamaño, dejó una impresión agridulce. El proceso de pedido en caja, aunque ágil, no logró disipar las altas expectativas que tenía puestas en este lugar. La demora en servir el desayuno, lamentablemente, se hizo evidente al llegar a la mesa frío. Los huevos benedictinos, a pesar de una consistencia excepcional y una salsa holandesa con un picante sutilmente contrastante, resultaron difíciles de disfrutar debido a la baja temperatura del muffin y la salsa. Esta desafortunada circunstancia empañó considerablemente la experiencia culinaria. No obstante, el café, con sus notas a chocolate, se destacó como un punto a favor. En conclusión, Momo presenta un concepto interesante, pero la ejecución en esta ocasión dejó mucho que desear. La calidad de los ingredientes es evidente, pero la falta de atención a los detalles básicos como la temperatura de los platos, resta valor a la propuesta.
Ciboulette
"Ciboulette: Una Experiencia Gastronómica Reveladora. El encanto de Ciboulette reside en su discreta elegancia, un espacio íntimo que invita a una conexión profunda con cada bocado. La velada comienza con una amigable cortesía: una tostada reimaginada con un hummus de sabores complejos que exigen ser degustados en un solo bocado, una invitación a explorar la armonía de los ingredientes. Los langostinos a la parrilla, bañados en una delicada emulsión de mantequilla y un sutil toque de sal, constituyen un aperitivo impecable. Su cocción precisa prepara el paladar para la intensidad del plato principal. En mi caso, el risotto y entraña resultaron una combinación sublime. La carne, cocinada a la perfección, se funde en la boca gracias a un demi-glace exquisito, mientras el risotto cremoso aporta una textura contrastante y reconfortante. El tiramisú de Baileys, un postre audaz y sorprendente, cierra la experiencia con una explosión de sabores en cada bocado. Su originalidad es digna de elogio, demostrando la creatividad del chef. Ciboulette es, sin duda, una joya gastronómica. Cada plato es una obra de arte culinaria que invita a la reflexión y al disfrute. La atención al detalle es evidente en cada bocado, desde la selección de ingredientes hasta la presentación. El servicio, impecable y acogedor, completa una experiencia memorable. Más allá de la calidad de la comida, Ciboulette ofrece una atmósfera que invita a la conversación y al disfrute de la compañía. Es un lugar donde la gastronomía se convierte en un arte y donde cada visita es una ocasión especial. En resumen, Ciboulette es un restaurante que merece ser reconocido por su excelencia culinaria y su servicio excepcional. Una experiencia gastronómica que trasciende lo ordinario y que dejará una huella imborrable en el paladar de los comensales más exigentes."
The Wallace
Un lugar que nunca falla, si te gustan los PUB, este lugar es para ti, un pedacito de Escocia en Panamá, full recomendado la hamburguesa clásica, acompañado con una fula y qué decir de la atención de Michael la cual se destaca, siempre con una excelente actitud, te hace sentir bienvenido y atento a los detalles, con una invitación de querer regresar
Mercaito (Multiplaza)
De entrada pedimos unos camarones fritos tipo asiáticos con semillas de sésamo, el toque agridulce que acompañaba su textura hicieron una buena combinación, de plato fuerte pedí unos camarones con una salsa gratinada acompañados de patacones, los cuales estaban perfectamente cocinados, solo que eran contados. También probamos la bandeja panameña, esta debo decir que estaba un poco simple y lo que abundaba era el arroz. En cuanto a la decoración debo decir que tiene mucha creatividad y pese a estar en el mall el espacio te hace sentir como si estuvieras en un lugar muchísimo más ameno!
Martina
Empezamos por la comida, vine a desayunar y pedí los benedictos, con una pequeña variación por huevos revueltos, punto para la mesera, por responder que preguntaría a la cocina si podrían hacer la variación. Los huevos revueltos estuvieron en su punto, el muffing tenía la textura perfecta, ni muy duros, ni muy suaves y la mezcla de sabores estuvo genial. Para acompañar un ice latte, el sabor a café pronunciado, pero manteniendo el balance con la leche. Buena musica de fondo, con un tono moderado que permite mantener una conversación o simplemente disfrutar de ella. En cuanto a la atención, los chicos súper amables y en todo momento pendiente de lo que puedas necesitar. Definitivamente un lugar al que regresaría.
Charro Mexicano (San Francisco)
Tenía mucho tiempo de no venir y realmente para mi sorpresa ha bajado mucho la calidad, la comida demoró más de una hora tomando en consideración que el restaurante no estaba tan lleno, pedí unas enchiladas divorciadas y me tocó dejar la mitad del plato, lo que sigue manteniendo la calidad son las margaritas de maracuya, así que si quieres una buena margarita es tu lugar, sin embargo en cuanto a las enchiladas deja mucho que desear.
So Hot (Paitilla)
Un concepto diferente, en el cual cocinas tu propia comida, lo mejor es que puedes escoger tus propios ingredientes, si te gusta el picante, dulce o la combinación de ambos, también puedes escoger entre arroz o pasta, así como la proteína que deseas incorporar.
Tacos El Rey (San Francisco)
Los tacos están muy ricos, al igual que los nachos premiun donde puedes pedir dos proteínas, la mangolada muy recomendada, se siente bastante el sabor a mango y es bien refrescante. El lugar no es muy grande pero acogedor.
Zielo Fusion Cuisine
Empecemos por el ambiente, el cual es muy agradable, el lugar perfectamente decorado con diferentes estilos tanto en la terraza como en el interior y ni hablar de los baños, cuidaron cada detalle. Comida pedí una pasta de langostinos con calamares, como no como calamares, me permitieron removerlos, la pasta estuvo muy bien y con una salsa que combinaba bien, eso sí las porciones son pequeñas, esto para tomar en cuenta. El servicio fue excelente, los meseros son muy atentos. Es un excelente lugar para ocasiones especiales