Arquitecto

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34 comentarios en Panamá
24/06/2013 Arquitecto

Me gustó muchísimo. Es poco lo que he probado y tal vez mi juicio sea acelerado, pero tanto el causa, el ají y principalmente el mouse de maracuyá con chocolate y fresas me encantaron. El lugar es bonito y me atendieron muy amablemente. Precios bien justos para la calidad. Seguiré viniendo.

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02/05/2013 Arquitecto

No tengo la menor queja de esta parada turística en puerto de yates de Amador. El sitio es una especie de chiringuito de playa tipo Puerto Olímpico catalán, pero versión panameña. La comida es totalmente criolla, nada de especialidades europeas o cosas por el estilo, así que si esa es la expectativa mejor irse a otro sitio. Pero si quieres pasártelo bien con tus amigos extranjeros que te llegaron de visita, no lo pienses dos veces, este es el lugar de presentarle el mejor pescado frito entero con patacones de la ciudad. El pescado era fresquito y los patacones crujientes como Dios manda. La música, a diferencia de otros sitios parecidos a éste, está genialmente seleccionada. Es tipo lounge (no salsa, ni merengue ni mucho menos regetón), y al llegar la prima noche, un dúo de bozza/latin jazz hace los honores. Esto le da un ambiente muy internacional, a pesar de lo propiamente local de la cocina. Estuve el domingo por la tarde, y aunque fui supuestamente a comerme un postre, nos quedamos hasta las 8 de la noche felices de haber descubierto este sitio. Nos comimos además del pescado frito y el flan, unos deditos de pescado que estuvieron bien, y unas empanadas de maíz rellenas de guiso de carne buenísimas. Para tomar nos dimos el placer de unas jarritas de sangría blanca muy buena y bien cargada, en palabras de la chica que nos atendió: ¡prendía! Ninguna queja del servicio, por el contrario, nos recibieron muy bien y así siguieron atendiéndonos toda la tarde.

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15/04/2013 Arquitecto

Aunque no es el mejor peruano de Panamá, en nuestra visita de ayer, la comida resultó buena, pero tirando mucho a casera. Posiblemente un chef de planta les convendría, para evitar algunos detallitos mejorables tales como excesos de aceite en los ceviches fritos, o cremas muy gruesas que opacan sus sazones al paladar. Hacen su propio picante, y ese sí que está muy bueno. En cuanto al servicio, fuimos muy cortésmente atendidos por una chica encantadora quien estuvo en todo momento pendiente de nosotros. La comida estuvo a tiempo y aunque se confundieron con una bebida, la cambiaron sin ningún problema. Fuimos a cenar 6 personas y todos salimos complacidos del lugar. El sitio es sencillo; un bonito chalet transformado en restaurante de forma práctica, pero sin mayor creatividad, cuyo ambiente podría optimizarse con una mejor selección de música. Tal vez preferir instrumental en lugar de salsa les resultaría de mucho beneficio. Los precios no son imposibles, pero sí un poquito elevados para la experiencia, no por la cantidad que sirven, que es apropiada, sino porque uno esperaría una preparación más minuciosa de los platos.

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11/03/2013 Arquitecto

Me alegra que cada vez tengamos más opciones como esta para un almuerzo o cenita descomplicada. El lugar es bien bonito, sin mayores complicaciones han creado un ambiente muy simpático y acogedor. El servicio es fabuloso, te hacen sentir en la cocina de la casa, y la comida es bien buena, principalmente sus refrescantes ensaladas y el panini de salmón. Y por favor, si el dueño le recomienda un cocktail... ¡acéptenlo! Seguro será una opción acertada.

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11/03/2013 Arquitecto

Amé este nuevo rincón de Europa en Panamá. Solo llegar nos recibió su dueño y nos aconpañó a la terraza donde disfrutamos una deliciosa noche de verano. Para comer optamos por compartir tapas y ordenamos una bandeja de embutidos ibéricos de extraordinaria calidad, otra de patés buenísima, pan con tomate, y un confit de pato sencillamente fuera de este planeta. Acompañamos con un cava rosado que acentúo la refrescante experiencia. Además el sitio, tanto la tienda como el gastro bar, es muy lindo, exquisitamente diseñado e iluminado. Seguramente volveré... y muchas veces.

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18/11/2012 Arquitecto

Luego de muchas recomendaciones, fui esta tarde con un grupo de amigos. Creo que Adagio es nuevo italiano favorito. Desde que llegas te atienden espléndidamente, y aunque la audacia no es la definición del diseño del lugar, la excelencia si lo es en su comida y en su esmerada y fina atención y servicio. Acertamos con cada elección que hicimos, almejas de chuparse los dedos, berenjenas en su mejor punto, y tanto solas como sobre las bruschete fueron deliciosas. De las pastas sobresalieron el pene con hongos y prosiutto, y la pasta corta gratinada al horno con ragú y crema, bien potenciado con aceitunas negras y berenjenas, es sin duda de las mejores pastas que he comido en años. Al final tomamos dos postres buenísimos. Un flan de la casa con ralladura de limones, y un tiramisú totalmente casero e incomparable. Todas las raciones fueron bien generosas, cosa que uno no espera con una comida de tan buena calidad y a precios tan razonables. Definitivamente volveré a Adagio.... y muchas veces.

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17/09/2012 Arquitecto

Descomplicado y con una gran variedad de comidas, ya el Don Blas de la Vía España se está convirtiendo como en la cocina externa del domingo. Su ambiente es más bien relajado y sencillón, como de restaurante de esquina de barrio o de pueblo del interior. La comida es buena, aunque sin la menor búsqueda gourmet: comida de casa. Y tal vez eso sea lo que me gusta de este lugar en el que hasta el momento no me ha faltado una buena sonrisa y atención. Además de su insuperable relación cantidad/precio, lo que más me gusta de este restaurante son sus caramores en todas sus formas, particularmente los empanizados que ellos llaman camarones Don Blas, su bolognesa casera y el club sándwich. Perfecto para una noche de domingo familiar con pereza de cocinar.

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14/09/2012 Arquitecto

Anoche, con mi madre, decidimos ir de aventura gastronómica. Nos fuimos a probar un restaurante que no hubiese sido comentado, y nos salió muy bien la jugada. Para comenzar no hubo problemas de parking, estacionamos en el hotel y bajamos el ascensor para encontrarnos en un lobby/ bar/café muy bien diseñado, con una geometría bien resuelta en espejos, madera y toques de colores cálidos. Nos recibió una señorita de lo más atenta que hizo la experiencia todavía más agradable, quien con la misma amabilidad y respeto estuvo pendiente de nosotros toda la noche. Para comenzar pedimos un surtido de embutidos españoles que traía serranito, salchichón, butifarra, chorizo ibérico y queso manchego con un pan que remojamos en un aceite preparado con romero, todo de buena calidad. También ordenamos unas carimañolas de tasajo en salsa de tomate de palo que solas ya estaban buenas. La salsa, aunque bien preparada, tiene un gustito un poco bitter para mi, pero que enloqueció a mi madre. Luego pedimos el Pollo Gastro, unos filetitos de pechuga rellenos de albahaca y queso acompañados de unos deliciosos vegetales salteados con almendras que me gustaron muchísimo, y un pinxo de hongos y mozzarella muy bien preparado y presentado, pero los hongos tenían un sabor fuerte a conservante, tal vez un problema de proveeduría pendiente de ajuste, así que pedimos que nos los retiraran y los remplazaran por más carimañolitas. Por el inconveniente con el honguito, la casa nos obsequió un postre que me volvió simplemente loco no solo por lo bueno, sino por los 14 años que tenía sin comerlo: Torrijas con helado y crocante de especias dulces. La relación calidad/precio me pareció muy apropiada, no solo por la comida, sino además por el servicio. Totalmente recomendable.

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13/09/2012 Arquitecto

Aunque me una a la tendencia de decir que este local es sorprendente, lo haré: cuando se encuentra uno frente a esa fachadita roja, no se puede imaginar la buenísima experiencia que le espera. Fui con mi socio a cenar, y a pesar de que ya estaban recogiendo los manteles, nos atendieron sin ningún apuro. El lugar es simpático, colorido y bien logrado, pero mejorable si remplazasen los cuadros que tienen por verdaderas obras de arte y las sillas por algo menos predecible. El clima del restaurante es acogedor la atención excelente. Magnífico para un almuerzo o cena de familia. Aunque no me suelen gustar los dueños demasiado efusivos, en este caso, su propietario y staff saben guardar el equilibrio entre la confianza, la personalización y el profesionalismo. La comida fue excelente. Los hongos portobelo y el chorizo con juliana de cebollas que ordenamos estaban en su mejor punto. Ambas salsas, a base de tomate natural, sorprendían por sus especias que las hacían tan diferentes como deliciosas. La carbonara vino sutil, sobre un espagueti al dende perfecto, y sin los excesos de crema y mantequilla con los que suelen servirlos. El farfale con salmón cocido estaba magnífico. Aquí aplica aquello de que dos o tres sabores combinados en la medida correcta pueden saber a gloria. Y como la relación calidad/cantidad/precio es apropiada, pues tanto mejor. Previo aviso del dueño, los postres que ofrecen son industriales, importados de Italia. Pedimos el tiramisú y el dulce de banano, y la verdad es que luego de experimentar aquella calidad de cocina casera italiana, habría sido mejor no haberlos ordenado. Pero para quienes quieran recordar el sabor de una temporada de estudios por allí no vienen mal. Solo que sí están algo caros para lo que son. Me parece que serían mucho mejores si prepararan versiones caseras. Al final y para cerrar la excelente experiencia, nos ofrecieron un limoncello que selló mi pasión por este lugarcito que seguramente me ha ganado como cliente frecuente.

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11/09/2012 Arquitecto

Llevó yendo recurrentemente desde que abrió y no he dejado de darme una vuelta cada tanto por allí. Fue una de las primeras terrazas “classy” del Casco, y lo sigue siendo. Tanto el espacio del restaurante como el del bar están muy bien decorados y sus espacios excelentemente aprovechados. Una de las cosas que más me gusta del lugar es que no te atormenta con la música, por el contrario, parte de su éxito es la selección de música lounge apenas perceptible que enriquece la experiencia considerablemente. La comida es una fusión de gastronomía peruana y pastas bien interesante. Aunque han modificado ligeramente su menú, continúa fiel a su propuesta inicial. Son muy recomendables sus ensaladas; para mi la mejor es la Ego Salad, una dulzona mezcla de verdes, pollo, queso de cabra y vinagreta de frambuesa, pero la César con pollo es también buenísima. De sus entradas el chicharrón es memorable, al igual que el pulpo al olivo. Pero para mi ninguna como su refrescante carpaccio de pulpo, que viene con granos de cardamomo, papitas y alcaparras. De sus pastas mi favorita es el ravioli de langosta, que está siempre buenísimo y de los fuertes el filete con papines. De sus postres el brownie con gorgonzola genera una interesante mezcla de sabores que sorprende al paladar, pero sin golpearlo rudamente. Delicioso. Uno de sus fuertes son los cócteles. El mojito es altamente recomendable, porque lo preparan con un toquecito de cava y caña natural que lo hace el favorito de los favoritos. Una de las razones de gustar tanto de este lugar ha sido su constancia en el buen servicio, cosa poco frecuente en Panamá. Y aunque no es un sitio económico, sus precios son consecuentes con la calidad del restaurante.

Comida
Servicio
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2 fotos en Panamá
Foto de Ego y Narciso

Ego y Narciso

Casco Antiguo
Cesar con pollo

Cesar con pollo

el 16 de febrero de 2013
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Foto de Ego y Narciso

Ego y Narciso

Casco Antiguo
Ego salad

Ego salad

el 16 de febrero de 2013
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