Este es el mejor restaurante coreano que he probado en Panamá y eso que he ido a todos! La comida es excelente y el servicio es increíble, todos son muy súper atentos y te hacen sentir más que bienvenid@. He convertido en un must ir al menos una vez por semana. La comida es barata y las porciones son generosas.

Lo mejor del menú es la entrada de carimañolas (de puerco, de pollo y de pato), simplemente exquisitas! El restaurante tiene un buen ambiente para un almuerzo de trabajo, aunque el servicio es un poco lento.

Me encanta la paleta de fresa con leche condensada. He probado varias pero esa siempre será mi favorita! Muy recomendadas las que son a base de leche, pero para un día caluroso, nada como una paleta de sandía.

La comida es excelente! El risotto de mariscos está recomendadísimo. La pasta también es muy rica, sobre todo la primavera. De entrada recomiendo las tostadas de espinaca, son deliciosas. El servicio es muy bueno y el precio razonable.

La comida es buena, recomiendo el crepe de salmón. Los crepes y los waffles dulces son súper ricos. Eso sí, algunos crepes los bañan de leche condensada y quedan súper empalagosos. El servicio es un poco lento y el ambiente es regular.

Fuimos en un grupo grande por lo que pedimos dos platos de degustación. Lo mejor fueron los langostinos que tienen una salsa fuera de este mundo! La carne estaba un poco insípida, pero después de eso todo lo demás estuvo bien. El servicio fue muy malo, 7 personas estuvimos apiñaditas en una mesa de 4 personas porque no nos querían cambiar de mesa, tuvimos que servir nuestra propia agua y el mesero accidentalmente golpeó en la cara a mi amiga y no se disculpó. Al final nos cobraron el 10% de tip directamente a la tarjeta, lo cual no es algo que me molestaría en otra ocasión, pero el trato fue tan malo que mi amigo se tuvo que quejar y decirle a la joven que por ley (y si no, al menos por cortesía) se debe preguntar si el tip se quiere agregar directamente a la cuenta o si se prefiere dar aparte.

Honestamente la comida es deliciosa, un poco cara pero vale la pena. De entrada pedimos el saumon fumé (salmón ahumado que venía con unas tostaditas y cremita de limón). De platos fuertes pedimos el club Ladurée y la corvina en salsa de tamarindo, la cual venía acompañada de tapioca (es un must! nunca lo había probado mas que en el bubble tea). Ojo que cambian su menú cada 3 meses!