Comí un misti de pollo con orégano, unos raviolis en salsa alfredo con vino rose y una ensalada de tomates cherrys con degradación balsámica. La comida muy buena, muy buen sabor solo le falta un toque especial que los distinga de lo demás. La atención de parte de los meseros y anfitrión buena pero les falta mejorar mucho el sistema como por ejemplo el código QR de la carta no funcionaba. El ambiente con su luz cálida y piano en vivo es un buen plus.