Después de tantos reviews positivos decidimos ir. Fuimos un domingo que es parte del horario nuevo y éramos los únicos en el restaurante. El ambiente es casual pero acogedor y nos atendieron muy bien. La comida es excelente, todo nos encantó, especialmente el tartar y el pato. Mi única queja es que la carta de vinos es muy comercial, son vinos que venden en el supermercado. En Panamá hay tremendos distribuidores de vino y deben actualizarse, hay buenos sommeliers que los pueden ayudar. LA cocina francesa sin vinos franceses queda corta.
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