El estacionamiento es suficiente. Hay que tomar el ascensor o las escaleras elecgricas del edificio central a la entrada del comercial. El ambiente es elegantito y limpio. Fuimos la familia entera con niños y clasificamos para el reservado. La atención fue excelente. Probamos una entrada con ceviche y otros mariscos con una candelita prendida en su centro. Muy buen plato. Un plato cuyo nombre no recuerdo con camarones y papa majada de teo de una concha. Delicioso. El lenguado a la española riquísimo. Otro con jengibre excelente, (fusión). El filete en su punto. Un sauvignon blanc de la casa chileno por copasacompañó muy bien la comida. Recomiendo a este restaurante y ojalá no decaigan como de costumbre lo hacen los restaurantes nuevos. Volveré.

Estacionamientos sin problemas. El lugar acogedor quizá el mejor del área de Coronado. El servicio esmerado a pesar del mesero bisoño que intentó acertadamente a satisfacer. Los King Prawns (menú completo en inglés para la usual clientela extranjera. Los panameñitos vida mia, ¡que aprendan el idioma!, estaban de buen tamaño pero montados en una libra de puré. La salsita dulce que los acompañaban estaba coquetona. El Mero al estilo español fue bien logrado. Su salsa roja con camarones y un par de mejillones revuelta por este pobre comensal con el arroz blanco estuvo delicioso. Un Sauvignon blanc por copa, Sur 35 con dejos de peras fue un excelente compañero. Volveré por la revancha.

Volví después de 1 mes pues quería probar el filete y langostinos. Estuvieron buenos, bien sellados y jugositos por dentro. La porción abundante y SI le sirven a uno un delicioso filete acompañado de vegetales frescos. Pedimos yuquita para acompañar. El servicio es aceptable sin ser excepcional. Los precios justos. Entre los restaurantes del área creo que es uno de los que me gusta más.

Buen estacionamiento en la noche. Creo que de día puede ser complicado. Tenía tiempo en no visitar este lugar y no le han invertido un centavo más en mantenimiento. Nadie se ha interesado en hacerlo coquetón. Puede que existan clientes que no les importe pero parece que el granito de mugre que existía el día de su inauguración todavía permanece en el mismo lugar. Fue una sorpresa pues como relativamente poco y con mi esposa pedimos una parrillada de mariscos para los dos. Estuvo exquisita, de buen volumen y de buen precio pues el existente lo dividimos entre dos. Es más, si usted es un glotón se come el plato solo pero si es un comensal normal como yo, es suficiente para dos. Recomiendo este plato, salmón, dos tipos de pescados frescos extras, dos langostinos grandes, nada graciento. Pedimos yuca y sin preguntarnos sirvieron patacones. No discutimos para no dañar la cena. En general buena experiencia.

Gran variedad de pizzas. La de alcachofas y la de arúgula, jamón serrano y quesito estuvieron exquisitas. Acompañadas de una cervecita nacional (la más amarguita) [para no hacer propaganda gratis] lograron hacernos pasar una noche de playa coquetona. El local es de una pizzeria regular. El Sr. que nos atendió fue muy formal y atento. Vale la pena visitar el lugar.

Hoy visité este restaurantito situado en las faldas de una de las montañas típicas del Valle de Antón. Su estructura de piedra es acogedora. Por tratar de vender la idea de un pub irlandés las sillas y mesas son de pura madera dura moledora de nalgas. La bruscheta de tomates estuvo deliciosa. El Chips and Fish estuvo como lo dice su nombre, papas fritas francesas con un pescado fresco salteado en aceite. Igual a los que he probado en Inglaterra. La Ensalada César dejó mucho que desear pues en un lugar como El Valle, con tantas legumbres les faltó frescor. Les faltó el toque de baçon. Las cervecitas nacionales bien frías estuvieron perfectas. El mesero fue lo mejor. Amable, con una excelente atención, presente siempre sin fastidiar, ayudó y trató de hacer sentir bien a sus huéspedes. Almorzamos en una mesa en el jardín muy acogedoramente.

Parrillada a la entrada de Coronado. El Filete a la plancha me llegó como lo pedí, bien cocido por fuera y sangrante por dentro. Muy rico. La Corvina a la plancha, sí era corvina y no como en muchos otros restaurantes que le sirven a uno un no sé qué. Llegó con una sazón leve de limón en su punto. Ambos platos de buen gusto y de precio razonable. La ensaladita, los patacones, y la cervecita nacional, que acompañaron a los platos lo hicieron muy bien. El Servicio regular sin esfuerzos extras y el estacionamiento suficiente. Volveré por unos langostinos que vi en el plato de una comensal vecina.

Restaurantito de sillas duras, mesas de madera manchadas de grasa, sin mantel. Unas ocho mesas debajo de un rancho sin ninguna pretensión. Comparten cocina con el restaurante de la lado Todo al Carbón que de hecho estaba vacío todo un sábado en Coronado. Volviendo al Pantay, la Pasta con Mariscos no lleva camarones, no vi crustáceos, sólo dos tentáculos pequeños de pulpo y almejas. El Lenguado con Salsa de Ostiones, puede que la tuviera pero no la vi (oscurita), ni la sentí, puede que el concentrado sabor a jengibre que prolijamente le vertió el chef le matará su sabor. Los precios son bajos y quizá de acorde con lo que ofrecen.

Fui el sábado de carnaval. Había pasado durante el día para localizar el lugar. No lo encontré. Como tenía que conocerlo llamé en la noche y me ubicaron apropiadamente. El letrero se había dañado y lo estaban arreglando. El estacionamiento es la calle de piedras de enfrente. El lugar no pretende ser lujoso sino un restaurantito del interior. El servicio es bueno y agradable. Pregunté si el chef era italiano, pues la comidita estuvo muy buena, una corvina a la plancha con vegetales en su punto incluyendo una berenjena bien lograda. Los torbellini a la picotta (camaroncitos pequeñitos salsa blanca, limón, alcaparras, perejil) muy riquitos. Valen la pena, la respuesta a lo del chef fue que el antiguo dueño italiano ya no está, un panameño vida mía es el dueño lo mismo que el actual chef. Creo que si el chef se va a Italia, nadie reconocerá su nacionalidad pues es un muy buen "cocinero italiano". Lo felicito. El lugar estaba lleno de extranjeros que han descubierto un lugarcito encantador. Les auguro éxito.

Estuvimos sábado en la noche. El estacionamiento es amplio. Estaba concurrido (sin estar abarrotado), principalmente por extranjeros de lengua sajona. Había un DJ con música estridente apta para el público presente, que bailaba contento y que acepté de regular agrado. El horno que tienen lo deja ver a uno, la rumba de las llamas, para las pizzas que hacen elaboradas con leñita. La que probé, una "fully loaded" estuvo buena, esperé sentirle más el humo pero no fue así. Probamos también un pescado vendido con nombre asiático (tailandés) pero me supo a un pescadito de una buena sopa caribeña. La copita de vino de mesa, bien llena, rojo o blanco, chilenito, por B./ 4.00 tiene un buen precio. Al lugar podrían hacerle unos cambios en la decoración porque la presentación del restaurante deja mucho que desear. El mesero que nos tocó fue amable y siempre estuvo disponible.