Que puedo decir? Este es probablemente mi favorito restaurante en todo Panamá. Una experiencia especial cada vez que vamos no solo por la comida, la cual es consistentemente deliciosa, autentica, y fresca, pero hecha todo lo mejor por el servicio. Te atienden como en familia con una sonrisa sincera y copita de vino espumoso los dueños mismos, unos amables italianos radicados en el país desde hace 3 or 4 años, en un ambiente al fresco, simple y sin pretensiones. Regresando al tema de la comida (lo mas importante!), se merece enfatizar lo delicioso que son todos los platos que hemos probado, incluso la lasagna, el ragu de res, y mi plato favorito - el gnocchi con queso gorgonzola. Todo desde las entradas hasta el vino y postre son de lo mejor. Se ubica en la calle que conduce a Valle de Anton, pero no queda lejos de las playas en la Carretera Panamericana. Definitivamente vale la pena el desvío.

Hemos comido aquí en dos ocasiones, ambas mientras nos quedábamos en el hotel de Buenaventura. La mejor parte de este restaurante es indudablemente su comida. Sabe fresca y con buena presentación, y hay varias opciones en el menu. Dado que no hay muchas opciones dentro del resort, el restaurante puede estar llenísimo o casi vacío dependiendo del tiempo del año o eventos especiales, así que se sugiere hacer reserva. El ambiente dentro del restaurante es moderno pero agradable, mientras en el patio de afuera romántico pero un poco oscuro. Lo peor es el servicio, ABISMAL para ser un restaurante de lujo. En la segunda ocasión que cenamos allí, el personal tardo mas de 20 minutos solo para traernos el menu y sin disculpa alguna, nunca ni nos ofrecieron agua, y en general nos atendieron de mal humor sin razón ninguna. Llego al punto que mejor decidimos pedir servicio de habitación para el postre en vez de rogar para que nos pusieran atención. No regresaremos en el futuro a menos de que el servicio mejore significativamente.