Tengo que confesar mi adicción por un lugar y un plato espectacular, cuando voy al Interior. Es el Restaurante Big Lobster en Plaza Coronado Mall.
Inevitablemente, las veces que decidimos comer en la carretera, acudimos a este pequeño lugar, sin o con perro (se come en las mesitas de afuera disfrutando de la fresca brisa nocturna).
Siempre solicitamos lo mismo, empanadas de carne con picante como entrada y LANGOSTA en mantequilla para dos, para tres, para cinco personas y siempre hemos quedado muy satisfechos, por su sabor, se grado de cocimiento y su abundancia, que no requiere otro acompañamiento. Puede que en el menú haya otras deliciosas alternativas, pero hasta ahora la langosta en mantequilla llena todas mis expectativas en cuanto a mariscos se refiere.
Fue un restaurante con personalidad en sus primeras instalaciones. En la actualidad es un lugar deslucido, sin pretensiones, en la vía principal de El Valle. La atención es esmerada. Las pizzas a la leña siguen siendo muy buenas. No se aventuren a pedir platos elaborados.
Somos visitantes habituales.
En la Playa del Rompío, provincia de Los Santos, encontramos escondido un pequeño y sencillo lugar sin pretensiones, a la sombra de frondosos árboles, con la fresca brisa de la playa. Nos sirvieron unas impresionantes corvinas fritas con crujientes patacones y los mejores langostinos al ajillo que hemos probado en los últimos años, acompañados con heladas cervezas.
Parece que tiene sus adeptos secretos porque mientras comíamos llegó un personaje famoso de la televisión y llevó un pedido de varios platos. Esta comida es digna de mejores instalaciones, ojalá lo logren. Muchas gracias por sus atenciones Señora Marisol y Félix. Para decirles qué desean que les cocinen con anticipación, llamarlos al 6239-2796 o enviarles mensaje por whatsapp. No se arrepentirán.
Regresamos a este lugar porque habíamos tenido buena experiencia hace un par de años. Las novedades han sido para empeorar. Ahora cobran B/.20.00 por el estacionamiento, deducible del consumo lo que te obliga a comer a disgusto.
Se han deteriorado los hermosos muebles de playa que tenían. Hay pocos jóvenes inexpertos que atienden, nerviosos, asustados, con respuestas vagas ante la inconformidad de todos los comensales.
Aunque tenían una ocupación de 50%, tuvimos que esperar una hora y media para recibir la entrada de anillos de calamares nada atractiva junto con el plato principal, un parguito frito retostado, que si lo vé la ANAM nos multa por comer especies que aún no se han desarrollado. Al pedir el aderezo para la ensalada nos dijeron que estaban en la mesa, eran los sobrecitos de mayonesa mostaza y ketchup que acostumbran en los sitios de comida rápida.
Para pagar tuvimos que esperar media hora más. Nos entristeció viajar tan lejos para dar tan mala imagen a nuestros invitados, de un lugar del cual teníamos buenos recuerdos. Sólo el paisaje permanece inédito.
Llegamos con muy buenas recomendaciones a este pequeño lugar, con una decoración sencilla acorde al ambiente. Pedimos licuado de piña, pes ero tenía mucha agua. Erosas
De entrada anillos de cebolla pero secos hay que pedir la salsa aparte. Sugerimos mejor subirle el precio y que lleguen acompañados con su salsa.
Las porciones son generosas. Los fish and chips de corvina satisfactorios.
Los langostinos gigantes apañados son espectaculares. Dan mayor cantidad que en todos los otros restaurantes conocidos. Me hubiera gustado que fueran sazonados antes de apañar los.
La ensalada de repollo que rechazamos en todos los restaurantes, invita a comerla por su frescura y sabor
Cuando se viaja al interior, es difícil encontrar un restaurante abierto a las 9 de la noche. Fue una agradable sorpresa llegar a este lugar. Su decoración típica es muy sencilla y tuvimos suerte de que no recalentaran comida, sino que asaran las carnes directo ante nuestros ojos. Esto demoró bastante el servicio pero valió la pena. La entrada de canastitas de patacones tellenas de pollo con sabor de humo fue aceptable. Coincidimos con todos los visitantes anteriores, el mejor plato fue la lechonacon un despliegue de todas las formas de presentar el plátano y la yuca de las cuales la yuca frita fue la mejor. Me trajo recuerdos de mi infancia. Las porciones son abundantes. Una sugerencia, no abrumar el mojo de yuca con tanta cebolla. Sólo probamos jugo de guanábana y no era natural. De todos modos es una buena opción en el camino cuando uno viaja tarde hacia el interior.
Una nueva visita a Bruschetta. Cambiaron la decoración. En vez del rincón de plantas ubicaron un bar. Un poco discordantes las sillas ultramodernas de metal con la barra de piedra natural. La atención muy demorada. Una hora para servir la entrada. No corrimos con suerte, la entrada era la bruschetta clásica. Esta vez tenía poco tomate no bien maduro y poco queso. Los platos principales, chuletas a la parrilla satisfactorias jugosas y bien asadas. Tacos rellenos más con pasta de frijoles que carne El spaguetti con langostinos estaba hecho con camarones un poco reseco y simple. La botella de aceite en la mesa no era de oliva. Ya tienen postre, sólo pie de limón, aceptable, con un buen merengue caramelizado. Siempre volveremos.
Panes artesanales de Cano, obligatorios para el desayuno en el Valle de Antón. Cortezas crocantes, suaves por dentro con mantequilla y con queso blanco fresco de fabricación casera elaborado también en el Valle.
Big Lobster
Tengo que confesar mi adicción por un lugar y un plato espectacular, cuando voy al Interior. Es el Restaurante Big Lobster en Plaza Coronado Mall. Inevitablemente, las veces que decidimos comer en la carretera, acudimos a este pequeño lugar, sin o con perro (se come en las mesitas de afuera disfrutando de la fresca brisa nocturna). Siempre solicitamos lo mismo, empanadas de carne con picante como entrada y LANGOSTA en mantequilla para dos, para tres, para cinco personas y siempre hemos quedado muy satisfechos, por su sabor, se grado de cocimiento y su abundancia, que no requiere otro acompañamiento. Puede que en el menú haya otras deliciosas alternativas, pero hasta ahora la langosta en mantequilla llena todas mis expectativas en cuanto a mariscos se refiere.
Pinocchio`s
Fue un restaurante con personalidad en sus primeras instalaciones. En la actualidad es un lugar deslucido, sin pretensiones, en la vía principal de El Valle. La atención es esmerada. Las pizzas a la leña siguen siendo muy buenas. No se aventuren a pedir platos elaborados. Somos visitantes habituales.
Tokati
En la Playa del Rompío, provincia de Los Santos, encontramos escondido un pequeño y sencillo lugar sin pretensiones, a la sombra de frondosos árboles, con la fresca brisa de la playa. Nos sirvieron unas impresionantes corvinas fritas con crujientes patacones y los mejores langostinos al ajillo que hemos probado en los últimos años, acompañados con heladas cervezas. Parece que tiene sus adeptos secretos porque mientras comíamos llegó un personaje famoso de la televisión y llevó un pedido de varios platos. Esta comida es digna de mejores instalaciones, ojalá lo logren. Muchas gracias por sus atenciones Señora Marisol y Félix. Para decirles qué desean que les cocinen con anticipación, llamarlos al 6239-2796 o enviarles mensaje por whatsapp. No se arrepentirán.
The Point (Hotel Playa Venao)
Regresamos a este lugar porque habíamos tenido buena experiencia hace un par de años. Las novedades han sido para empeorar. Ahora cobran B/.20.00 por el estacionamiento, deducible del consumo lo que te obliga a comer a disgusto. Se han deteriorado los hermosos muebles de playa que tenían. Hay pocos jóvenes inexpertos que atienden, nerviosos, asustados, con respuestas vagas ante la inconformidad de todos los comensales. Aunque tenían una ocupación de 50%, tuvimos que esperar una hora y media para recibir la entrada de anillos de calamares nada atractiva junto con el plato principal, un parguito frito retostado, que si lo vé la ANAM nos multa por comer especies que aún no se han desarrollado. Al pedir el aderezo para la ensalada nos dijeron que estaban en la mesa, eran los sobrecitos de mayonesa mostaza y ketchup que acostumbran en los sitios de comida rápida. Para pagar tuvimos que esperar media hora más. Nos entristeció viajar tan lejos para dar tan mala imagen a nuestros invitados, de un lugar del cual teníamos buenos recuerdos. Sólo el paisaje permanece inédito.
Boquete Fish House
Llegamos con muy buenas recomendaciones a este pequeño lugar, con una decoración sencilla acorde al ambiente. Pedimos licuado de piña, pes ero tenía mucha agua. Erosas De entrada anillos de cebolla pero secos hay que pedir la salsa aparte. Sugerimos mejor subirle el precio y que lleguen acompañados con su salsa. Las porciones son generosas. Los fish and chips de corvina satisfactorios. Los langostinos gigantes apañados son espectaculares. Dan mayor cantidad que en todos los otros restaurantes conocidos. Me hubiera gustado que fueran sazonados antes de apañar los. La ensalada de repollo que rechazamos en todos los restaurantes, invita a comerla por su frescura y sabor
Asados del Campo
Cuando se viaja al interior, es difícil encontrar un restaurante abierto a las 9 de la noche. Fue una agradable sorpresa llegar a este lugar. Su decoración típica es muy sencilla y tuvimos suerte de que no recalentaran comida, sino que asaran las carnes directo ante nuestros ojos. Esto demoró bastante el servicio pero valió la pena. La entrada de canastitas de patacones tellenas de pollo con sabor de humo fue aceptable. Coincidimos con todos los visitantes anteriores, el mejor plato fue la lechonacon un despliegue de todas las formas de presentar el plátano y la yuca de las cuales la yuca frita fue la mejor. Me trajo recuerdos de mi infancia. Las porciones son abundantes. Una sugerencia, no abrumar el mojo de yuca con tanta cebolla. Sólo probamos jugo de guanábana y no era natural. De todos modos es una buena opción en el camino cuando uno viaja tarde hacia el interior.
Bruschetta
Una nueva visita a Bruschetta. Cambiaron la decoración. En vez del rincón de plantas ubicaron un bar. Un poco discordantes las sillas ultramodernas de metal con la barra de piedra natural. La atención muy demorada. Una hora para servir la entrada. No corrimos con suerte, la entrada era la bruschetta clásica. Esta vez tenía poco tomate no bien maduro y poco queso. Los platos principales, chuletas a la parrilla satisfactorias jugosas y bien asadas. Tacos rellenos más con pasta de frijoles que carne El spaguetti con langostinos estaba hecho con camarones un poco reseco y simple. La botella de aceite en la mesa no era de oliva. Ya tienen postre, sólo pie de limón, aceptable, con un buen merengue caramelizado. Siempre volveremos.
Cano
Panes artesanales de Cano, obligatorios para el desayuno en el Valle de Antón. Cortezas crocantes, suaves por dentro con mantequilla y con queso blanco fresco de fabricación casera elaborado también en el Valle.