El restaurante Dobo, ubicado en Selina Boquete, solo tiene 3 paredes; la cuarta pared no existe y el techo es transparente, dando la sensación de estar al aire libre; el clima de Boquete es protagonista. El chef José Garay tiene mucha experiencia dentro del Grupo Maito y su comida es fusión con platos internacionales y panameños. Muy buena la atención.

El restaurante es una terraza al aire libre, que aprovecha el clima de Boquete; y está ubicado al lado de una quebrada caudalosa, lo que le da un ambiente difícil de repetir. El Señor Gaetano Maturo siempre está allí atendiendo personalmente con mucha cordialidad y hospitalidad, y vigilando a los empleados. Aunque acaban de abrir el restaurante, algunos empleados llevan años trabajando con la familia Maturo, en sus restaurantes de la Ciudad de Panamá, así que el servicio es muy profesional. En general, el menú está formado por comida italiana casera. Las pizzas son hechas a la leña, las pastas son muy buenas, la entrada de berenjena con mozzarela excelente; el ozobuco con pasta al olio bien logrado. Pedimos tiramizú y panacota de postre. Todo muy bien. Vale la pena volver.

El dueño permanentemente está investigando y desarrollando técnicas para ahumar carnes de todo tipo. Las alitas ahumadas y el codillo ahumado son excepcionales. Te sugiero no ordenar carnes sin ahumar, porque te perderias la especialidad de la casa. El dueño está allí cuidando cada detalle, por lo cual siempre me han atendido muy bien. El lugar acogedor, cómodo, sin ser de lujo.

Me desilusionó este restaurante. Un solo mesero, el servicio fue lento. No encienden el aire acondicionado, era mediodía y el calor fué épico. Las hamburguesas son tamaño fast food, no tamaño comfort food, probé la más famosa y no me dijo nada. Ahora tienen menú ejecutivo de almuerzo. Las papas frias a rabiar. Luego de la fanfarria en redes, a mis acompañantes también les fué mal. No volveré.

Muy agradable la terraza al aire libre. Nos sentimos bien atendidos. Los platos mejor logrados que en sucursales de la ciudad de Panamá. Recomiento el gyro y el ladopsomo; todo de primera. Los felicito.

Uno no espera encontrar una heladería italiana artesanal en un pueblo tan pequeño como Las Lajas, pero es una realidad debido a la comunidad de extranjeros que vive en el pueblo y en la playa cercana. Todo muy bien hecho. Muy buena atención. El espacio es pequeño, pero agradable.

Una pareja de argentinos ha remodelado con muy buen gusto este sitio: maderas mate, hierro, barriles de madera, un bar que da a la calle, mesas en la acera, dentro un lounge con abanicos, un nevera con embutidos y quesos y una cava de vinos. Carnes, pizzas, quesos, embutidos y vinos. Todo bien. Escucha lo que te voy a decir: imperdible la torta de chocolate con helado de vainilla, nueces y mermelada. Una mesera argentina y un waitee bocatoreño nos atendieron muy bien. El dueño atento a todos los detalles. Bravo!

pad thai de camarones es buenísimo; una salsa de manì une todos los ingredientes. Los cocteles muy originales. La comida hindú de primera. Ubicado en un muelle sobre el mar, con vista a las islas vecinas. Perfecto para ver el atardecer y el mar desde tu mesa. La dueña es hindú canadiense y te atiende personalmente con su equipo, formado por extranjeros y locales.

Este restaurante tiene una terraza de madera, construida sobre el mar, en Isla Colón, Bocas Del Toro. Un ambiente especial. Los platos con coco y curry son muy buenos. Por los años de existir, los meseros dan un buen servicio.

El restaurante es un deck sobre el mar, en la playa de la Isla Carenero en Bocas del Toro. Una parte techada sin paderes y otra sin techo con unos paraguas gigantes. Un ambiente único. Hay unas sillas reclinables que te permiten tomar el sol y tirarte del deck al mar. Los cocteles y los tragos excelentes. No puedo decir lo mismo de la comida, que es un menu muy caribeño, pero nada del otro mundo. Los fines de semana los meseros y la cocina son rebasados un poco por el sitio muy visitado, así que debes tener paciencia. Aún así, volveré, por el ambiente.